21/9/09

JEFE DE CALLEJON


Hay gente que tiene razones para estar en Callejón: (izq a der) Alesandro Marubini, Pablo Duque, Hugo Molina y Ricardo Ramírez, empresarios y ganaderos en su mayoría; pero no siempre es así. Foto: Comana


* Al Filo de La Verdad


por: Lic. Giovanni Cegarra CNP. 2229


En el mundo el toro, hay personajes de personajes: los falsos, los engreídos, los sabelotodo, los jala mecate, los antitaurnios dentro de los taurinos, los que realmente son profesionales en su oficio y paremos de contar y describir, la cantidad de personajes que a diario conocemos en una corrida de toros; y dentro de ese amplio universo taurino, nos ubicamos en una persona, digna de respeto, como lo es: el Jefe de Callejón.

Es todo un personaje que unos admiran y respetan; otros odian e insultan, por el mero hecho de poner orden en el clásico desorden que reina en un callejón; y de manera especial, en los callejones de las Plazas de Toros de Venezuela, donde vemos "a cuánto bicho mandón".

El Jefe de Callejón de una Plaza de Toros Venezolana, sea fija o portátil, es todo un personaje. Siempre lo he considerado de digno de respeto y admiración, porque el pobre hombre, sin que esto implique quien los menosprecie en su trabajo, debe lidiar con esa cuerdita de elementos que se las ingenian para tener un pase de callejón; concedido a complacencia inequívoca de las Comisiones y Empresas Taurinas; van y están allí, para figurar, para dárselas de grandes cacaos, cuando ni en sus hogares lo son.

Respeto y con las de la Ley, al Jefe del Callejón; aunque muchas veces me he enfrentado a ellos, sea venezolano, español, colombiano, mexicano, ecuatoriano, de cualquier nacionalidad que sea; está allí cumpliendo su trabajo e imponiendo el orden en el desorden del cual ya estamos acostumbrados, a regañadientas, los que vamos a trabajar y no a figurar en un callejón de Plaza de Toros venezolana, donde unos cuantos que son super-conocidos en el universo taurino venezolano, se las ingenian para estar allí y darse bomba; además de obstaculizar el trabajo de los demás.

Ojalá, algún día, el Jefe de Callejón, en una Plaza de Toros de Venezuela, sea respetado e imponga el orden, como debe ser; estoy seguro, que sería un espacio en los cosos taurinos venezolanos, libre de jala mecates, de figurones de poca monta y de personajes que no deben estar allí.

Soñar no cuesta nada y en honor a la verdad, se sueña con que algún día en las Plazas de Toros de Venezuela, en su callejón, estén los que deben estar y los Jefes de Callejón sean respetados, como debe ser.

Va por Ud. Don Manolo, a todos los Manolos, aquí en Venezuela y en cualquier Plaza de Toros del mundo.

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