La Monumental de Mérida llena de aficionados de todas las edades. Foto: GCegarra
*** Finalizaron las dos primeras ferias en Venezuela: las de San Cristobal y Mérida.
Con éxito, que no se puede negar, pese algunos detalles, han concluido los ciclos taurinos de la LIXª Feria Internacional de San Sebastián en San Cristóbal, y de la LIIIª Feria del Sol/Carnaval Taurino de América en Mérida, capital del estado homónimo, en la que ha quedado refrendada la Fiesta Brava de la mano de la fidelidad taurina andina venezolana. Los aficionados acudieron a las plazas de toros, con entrada adquirida, regalada o de puerta franca; así, validaron que lo taurino no desaparecerá, por nada ni nadie.
En la Plaza de Toros “Hugo Domingo Molina “de San Cristóbal fueron cercenadas 17 orejas en tres corridas de toros sin indultos; y en la “Román Eduardo Sandia” de Mérida, en igual número de corridas, se cortaron 13 orejas, concedidos tres indultos, de los cuales dos fueron indulto de novillos. Fueron triunfadores de estos feriales andinos venezolanos, los españoles Emilio de Justo y Alejandro Talavante, respectivamente, ante una afición que disfrutó de su pasión taurina, algunos junto a sus pequeños hijos, sin trauma ni daño psíquico alguno.
El esfuerzo y voluntad empresarial económica se vio respaldada por la fidelidad taurina andina venezolana, que fortalece el Calendario Taurino de Venezuela; ojalá en lo que resta del año, se nutra en buena ley, retorne la Fiesta Brava a tradicionales ferias como la de San José en la Maestranza de Maracay, Estado Aragua; la de la Virgen del Socorro en la Monumental de Valencia, estado Carabobo; la de “La Chinita” en la Monumental de Maracaibo, estado Zulia; la Corrida del Nazareno en Achaguas en el estado Apure; en San Felipe y Cocorote del estado Yaracuy y por supuesto, las de La Grita, Táriba, Seboruco, Pregonero en el estado Táchira; Tovar, Zea, Canaguá, Aricagua, El Vigía en el estado Mérida, entre otras localidades.
Todo dicho está, en enero y febrero, del año que corre, lo taurino de Venezuela, ha sido refrendado por todo lo alto, su bandera ha flameado de la mano de una fidelidad taurina andina, que, con sobrada pasión y afición, ha escrito una gran página en la historia taurina venezolana, tenemos y tendremos por siempre Fiesta Brava, lo demás es cuento y olé de por vida.
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