Salida a hombros en la última de Feria del Sol 2024. Registró tres cuartos de entrada en tarde espléndida.Foto: Federico Montes
*** Una tarde histórica y apoteósica se vivió en el cierre de la feria del Sol, donde los triunfos y la generosidad se dieron la mano para una tarde inolvidable, destacando el novillero Marco Pérez que ha hecho de su debut un suceso de impresionante dimensión.
Abrió la tarde el rejoneador Francisco Javier Rodríguez que demostró su oficio y sapiencia ante un noble toro al que lidió con soltura y temple de salida dejándole llegar mucho para colocar cuatro rejones de castigo en todo lo alto. En banderillas, Rodríguez ha estado francamente bien, dando el pecho de las cabalgaduras, clavando en lo alto y templando. Un par a dos manos muy comprometido elevó el calor de su labor que lamentablemente emborronó con el rejón final y luego con las espadas pie a tierra.
Alejandro Talavante cuajó una gran actuación, destacando en su primer toro en lances a pies juntos muy templados. Se dobló poderoso abriéndole los caminos al toro colombiano lo cual éste agradeció pues rompió a embestir con largura. Talavante le toreó en algunas series con la mano baja, llevándole muy cosido al engaño, en otras ocasiones se vio embarullado quizás por un exceso de ganas, resolviendo con oficio. Lo mejor, varios naturales para rematar de estocada y llevarse dos orejas, la segunda desde luego generosa. De nuevo lanceó con gran temple a la verónica a su segundo destacando en un gran quite por chicuelinas. Al encastado toro le toreó con oficio y temple, en varias series de muletazos hondos y de perfecto remate, sacando la muleta por debajo de la pala del pitón. Su mejor mano, la izquierda brilló en naturales profundos y unas ceñidas manoletinas cerraron con impacto el trasteo para otras dos orejas.
Tarde profesional y entregada de Jesús Enrique Colombo que se dio por entero a la causa de buscar el triunfo. Fácil no lo tuvo pues su primer toro un bravo y áspero colorado no le dejó estar del todo a gusto. Encastado, el astado pedía mucho sitio y mando. Tras lucirse en un buen tercio de banderillas se dobló con mando para meter en vereda a "Chiflado"; es oportuno recordar un toro con este mismo nombre llevó por la calle de la amargura a César Rincón en Madrid. Colombo le toreó con entrega en una larga faena luchando contra la temperamental embestida. Destacó Jesús Enrique en algunos muletazos con la derecha cuando logró a base de toques y colocación llevar largo y por abajo al toro al que cortó un trofeo. Su segundo fue un astado bronco, que varias veces se le coló, sorprendiendo al diestro que ágil y con reflejos evitó las tarascadas. Notablemente a contraestilo el toro no fue nada fácil estar delante de él. El diestro tachirense que cumplió un largo tercio de banderillas más que todo por cumplir con el público, estuvo largo rato en la cara del toro, intentando darle muletazos, consiguió algunos naturales sueltos de buen trazo.
El trasteo meritorio por el esfuerzo del espada no fue lucido por lo cual para amarrar la puerta grande regaló un anovillado sobrero al que recibió con larga cambiada de rodillas y buenas verónicas. Un ajustado quite por saltilleras y chicuelinas sumado a un tercio de banderillas emotivo le puso en bandeja al público. Faena larga la de Jesús Enrique, empeñosa, con buenos derechazos y naturales ante un noble astado que cuando más confiado estaba el torero en una excelente serie por la izquierda le dio un achuchón fuerte al casi engancharlo por la chaquetilla. Una estocada marca de la casa puso en sus manos una trabajada oreja. Misión cumplida.
Lo de Marco Pérez fue un auténtico revulsivo pues incluso antes de dar siquiera el primer lance ya el público estaba totalmente entregado con él y bien que supo corresponder el novillero a las efusivas muestras de cariño. Marco es un menudo diestro que tiene una mente despejada que le permite ver toro en cualquier terreno. A su primero ya con el capote a la verónica le toreó con temple y en un rítmico quite por navarras dejo claro que lo suyo es natural. Muleta en mano demostró un oficio impropio de quien comienza, doblones largos para abrir la embestida, muletazos con ambas manos templados, acompañando perfectamente con el pecho y la cintura es decir toreando con todo el cuerpo. El novillo tuvo nobleza y fue un gran colaborador para el joven salmantino que cual pintor con su lienzo plasmó una obra para el recuerdo. Llegó el indulto y la vuelta al ruedo de Marco fue apoteósica.
Torerísimos lances rodilla en tierra le endilgó a su segundo, templando la embestida con maestría, sí, maestría a pesar de ser un torero tan nuevo. Delantales con sello y tempo, para dejar todo listo en el tercio final. Dos péndulos o pases cambiados muy hieráticos dando inteligentemente salida al novillo a chiqueros prologaron un trasteo lleno de sabor, poder y mando. Con ambas manos torea muy bien, da el pecho, presenta la muleta muy por delante, con toques precisos, manejado alturas, tiempos y distancias con una precisión euclidiana, un prodigio al menos en esta tarde, pues su mente es ágil y funciona a la perfección. No se le ve apurado, siempre es dueño de la situación. Su única cara de sorpresa fue ver el insólito indulto a este novillo, lo cual fue desde luego dejó a más de uno mirando para todos lados. Será Marco Pérez figura del toreo? Solo el tiempo y el toro tienen la respuesta pero las condiciones para lograrlo ya las tiene.
FICHA DE LA CORRIDA
Plaza de toros de Mérida.
Lunes 12 de febrero.
Tercera y última de Feria. Tres cuartos de entrada en tarde espléndida.
Un toro de El Prado para rejones, noble y con clase. Cuatro toros y dos novillos de Juan Bernardo Caicedo, bien presentados. Los toros encastados y alguno con dificultades, destacando el enrazado segundo de lidia ordinaria y el noble cuarto. El primero noble pero no fácil. Complicado y a contraestilo el quinto. Noble y con clase el primer novillo y noble sin más el segundo, ambos indultados.Un sobrero de de Rancho Grande (8°) muy anovillado, tuvo movilidad.
Pesos: 450 ( rej) 447, 480, 400 ( nov) 464, 457, 340 ( nov) y 432 kilos.
Rejoneador Francisco Javier Rodríguez: Palmas.
Alejandro Talavante, de corinto y oro: Dos orejas y dos orejas.
Jesús Enrique Colombo, de gris plomo y oro: Oreja con petición de la segunda, palmas y oreja con petición de otra.
Marco Pérez, de celeste y oro: Dos orejas simbólicas en cada novillo.
Destacaron en la brega Gerson Guerrero, Mauro David Pereira en banderillas Carlos Pizutto y Francisco Chico Paredes. En varas Miguel Ángel Muñoz.
Marco Pérez se presentó en Venezuela con el novillo "Aplicado" número 460, colorado ojinegro.
Los novillos indultados fueron el ya mencionado "Aplicado" e "Ilusionista" número 363, jabonero sucio.
Los tres espadas salieron a hombros por la puerta grande.
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