En el entendido que todos, niños(as), adolescentes, adultos incluida la tercera edad, tenemos el pleno derecho a disfrutar de las actividades socio-culturales, deportivas, musicales, recreativas, de aficiones y pasiones de nuestra preferencia. Siempre y cuando, no provoquen daño y trauma psíquico alguno, estos derechos y garantías deben ser respetados por quienes tienen en sus manos la función nacional pública; no pueden ni deben ser vulnerados, como hoy día, lo pretenden hacer quienes, no tienen idea alguna, de lo que implica, coartar la ilusión de niños, niñas, adolescentes, de asistir a un festejo taurino, convertirse en profesionales del toro, como lo son, los alumnos de las Escuelas Taurinas que existen en este país.
Los insensatos argumentos, de los adversarios de la Fiesta Brava, carentes de todo sentido de respeto, de la afición y pasión que prevalece en los niños, niñas y adolescentes, que acuden a una Escuela Taurina, a un festejo cómico-taurino, novillada, corrida de toros, no tienen basamento alguno, para que una autoridad nacional pública, se crea con el derecho a vulnerar la afición taurina infantil; por el contrario, esta es una acción que de plano, sí provoca trauma y daño psíquico; esto sucede cuando un niño(a) acompañado por sus padres o representantes, sienten en carne propia cómo les impiden irracionalmente, la entrada a un festejo taurino que se celebra en cualquiera de las plazas de toros venezolanas, sean estas fijas o portátiles.
Ya es tiempo que los aficionados taurinos venezolanos, dejen la pasividad que tienen, salgan a la luz pública, a la calle, si se hace necesario, a defender a toda costa, esa ilusión, afición, pasión, que tienen sus hijos, sean infantes o adolescentes, para hacer valer sus derechos de disfrutar y gozar de la Fiesta Brava, impedir que le vulneren su derecho de asistir al espectáculo, habida cuenta, que en compañía de sus padres o representantes, se está seguro, que no les provoca trauma o daño psíquico alguno. Los estudios científicos sobre este tema lo han demostrado.
Resulta insensato en Venezuela, saber que un funcionario público nacional, se deje llevar y convencer, de un minúsculo grupo de elementos, que con sus incongruentes argumentos, fuera de toda lógica, propician la vulneración de la afición taurina infantil, lo que deja mucho qué decir, de quienes se vanaglorian de que son los primeros, en respetar los derechos del conglomerado venezolano, que es lo menos que hacen y punto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario