En Tovar recientemente estuvimos hablando con Leonardo Salas el popular "Sopita", novillero importante en sus años mozos y aficionado práctico de arte, al que Dios le dió la fortuna de tener un hijo tocado por el arte torero que en nuestras plazas supo brillar con su toreo serio, artístico y de temple.
A José Antonio Salas el hijo de "Sopita", se le agotaba el tiempo en el país en aisladas novilladas feriales, ayuno de un proyecto serio y con futuro. Pues el joven novillero se marchó a España, sin ayuda alguna o beca, a forjar su camino novilleril. Estuvo en la finca ganadera de Carlos Aragón Cancela, matador de toros que por acá hizo campaña. En Colmenar sintió el calor familiar y limitado apoyo en medio de un mar de dificultades propias de los que emprenden camino solo con una maleta de sueños e ilusiones.
Los años pasaban y la pandemia endurecía más el camino, hasta que en un frío soliloquio de valientes, el joven José Antonio, cansado de esperar oportunidades, de mendigar su futuro, decidió pasar a la fila de los subalternos, los hombres de plata que van detrás del oro.
Suponemos que no era fácil la decisión personal que luego tendría que transmitirle a su soñador padre.
Y para no hacer muy largo el tema, José Antonio, con apenas 26 años, se está abriendo futuro como subalterno de lujo en la cuadrilla del triunfador novillero Alejandro Chicharro, con quien suma desde el mes de julio, 29 novilladas por diferentes cosos.
Este 8 de octubre actuará en la plaza de Valencia y el próximo 11 de octubre saldrá nuevamente con Chicharro, destacado alumno de la escuela taurina de Colmenar Viejo, en la gran final del certamen de novilladas sin picadores "Camino hacia Las Ventas".
[🏆#CaminohaciaLasVentas] ¡Definidos los 𝗳𝗶𝗻𝗮𝗹𝗶𝘀𝘁𝗮𝘀 tras la última clasificatoria!
— Plaza de Las Ventas (@LasVentas) October 4, 2022
🔸 Pepe Luis Cirugeda (Navas del Rey)
🔸 Alejandro Chicharro (Colmenar Viejo)
🔸 Joel Ramírez (Yiyo)
👉 Actuarán en la 𝗚𝗥𝗔𝗡 𝗙𝗜𝗡𝗔𝗟 de #LasVentas el próximo 11 octubre
El nuevo aire triunfal invade al padre y al hijo torero. Pisar el ruedo de la plaza de Madrid era un sueño y pisarla ataviado en traje de plata es otro sueño que envuelve el sentimiento de un joven merideño que con valor y decisión dió el paso de su vida profesional de torero sin complejos, soñador, realista que prefirió vestir el traje de plata con sueños de oro, que aburrirse o amargarse en los tendidos viendo a los demás torear.
Ojalá y estás líneas sirvan para que el amigo "Sopita" asuma renovada actitud de satisfacción y alegría por su hijo que ya no mendigará oportunidades, sino que ocupará destacado puesto en las filas subalternas, glorificando la fiesta con su valía, decisión y entrega, porque hay banderilleros que vestidos de plata valen oro y simbolizan un testimonio íntimo de afición bien heredada.
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