Una corrida (1884. Óleo sobre lienzo. 53.7 x 72.4 cm. Museo de Montserrat. Barcelona. España) Imagen: klandestinos.over-blog.es
por: Enrique Barrios Barrios
PRECEDENTE DE LAS CORRIDAS.-
Al estudiar el origen remoto de las corridas de toros, diversos autores llegan a considerar como precedente del espectáculo taurino al Circo Romano, lugar donde se efectuaban los sacrificios de reses bravas en honor a la población de la ciudad respectiva.
Posteriormente, desaparece el papel que ocupaba este festejo como rito y holocausto religioso, convirtiéndose la presencia del Circo en el legítimo antecedente de la actual plaza de toros, el coso o redondel. En Espaῆa durante la dominación musulmana, se suspende el enfrentamiento entre el hombre y el toro bravo, hasta que en la época feudal reaparece la lucha entre el toro bravo y el seῆor jefe de dicho régimen, como un deporte de la nobleza.
El distinguido caballero, montado en un corcel y armado con una larga caῆa a manera de lanza, mantendría la lucha contra el toro, demostrando así su habilidad y dotes de buen jinete. Al final del tiempo feudal, la nobleza abandonaría el toreo a caballo y comienza la plebe, a practicar el toreo de a pie.
CULTURA TAURINA.-
La actividad mediante la cual un ser humano ( el torero), defiende su vida ante la peligrosa agresividad de un animal fiero como es el toro de lidia, no es más que adentrarse en los arraigados ideales de la cultura hispánica fundamentados en el sentido trágico y heroico de la vida, pues el toreo viene a ser una magnífica disertación sobre la vida y sobre la muerte.
Es por ello que la corrida de toros se estima como una expresión ancestral, que ha sobrevivido hasta nuestros días y que en ella, no se encuentra placer en la tortura o simple muerte del toro, sino como una representación en la que primordialmente se aprecia el valor y la destreza del lidiador.
UNA MANIFESTACION ARTISTICA.-
Con el fin de dictar normas que regulen las corridas de toros, se han legislado los reglamentos u ordenanzas taurinas, disposiciones a través de las cuales se alcanza que el toreo se transforme en arte y como todo arte, el del toreo no es comprendido por todo el mundo.
De aquí el motivo de los antitaurinos para pretender prohibir la fiesta brava, con el argumento de considerarla un espectáculo lleno de violencia y crueldad, detrás del cual esconden el afán de oponerse al derecho que tiene la afición taurina universal, a disfrutar de una tradición histórica y pacífica, de sólidos rasgos culturales y determinante manifestación artística.
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