Sábado 18 de Mayo en San Cristóbal


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Restaurante Miura: Calle 18 con carr. 20, San Cristóbal 
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22/12/12

Canito: «Lloré más la muerte de Manolete que la de mi padre»

Canito, con su inseparable gorra, en su casa de Valencia en una imagen captada la pasada semana. Foto: MIKEL PONCE - abc.es

* El fotógrafo Taurino Canito es un mito centenario

* El único fotógrafo que retrató la muerte del Monstruo de Córdoba cumple hoy (18/12/12) cien años.

por: abc.es - ANDRÉS AMORÓS / MADRID / 18/12/2012

Los aficionados a los toros conocen la escena: suena el clarín, se abre el portón y, delante de los toreros, aparecen los fotógrafos. Entre ellos, una figura menuda, con una gorrilla blanca: es «Canito», Paco Cano, que este martes cumple los cien años. Hace poco, publiqué un libro, «Mitos de Cano», con una selección de las fotografías que hizo a personajes legendarios. Él mismo es, ya, una leyenda. En vísperas del cumpleaños, me habla, una vez más, de mi padre, su gran amigo; de cuando yo era un chiquillo.... En agosto, en Bilbao, Canito se cayó y se rompió la cadera pero ya ha vuelto a los toros. «Ando ya con muletas o un bastón. Me encuentro bastante bien, dentro de lo que cabe; con un poco de mal humor, claro. Pero fui a la última corrida de Valencia, al tendido: el doctor López Quiles me animó y mi mujer y los amigos me ayudaron...»

—Ha conocido a todos los toreros, desde Belmonte hasta hoy.

—Belmonte ha sido el que ha traído el toreo moderno, el arte de torear. A Joselito no lo vi: debía de ser una especie de Luis Miguel, muy poderoso...

—Siempre tuvo Cano debilidad por Manolete.

—Era un caso aparte, tenía una personalidad única. Lo fotografié con Lupe Sino, su novia, antes de tomar el avión que los llevaba a América. Las fotos las hice a petición de ella: las publicaron muchos periódicos mexicanos.

—El destino quiso que Canito fuera el único fotógrafo presente en Linares, la tarde trágica en que fue herido mortalmente Manolete.

—Iba yo entonces con Luis Miguel, como fotógrafo. Me debía dinero y me dijo: «Vente a Linares y allí liquidamos». Por eso pude hacer aquellas fotografías, que dieron la vuelta al mundo. Tenía colas de gente en casa, para comprarlas. Durante un tiempo, me resistí pero acabé vendiéndolas. Abusaron un poco de mí pero fueron las que más fama y dinero me han dado... ¡Pobre Manolo! Lo he llorado toda la vida: más que a mi padre... Me decía Luis Miguel: «Tú has sido torero. ¿Te imaginas lo que es hacer el paseíllo, mirar hacia un lado y ver a Manolete; al otro lado, y ver a Cagancho. ¿Qué harías tú?» Y yo le contestaba: «Me hubiera dado un síncope...»

—Luis Miguel fue su gran amigo.

—Ese «tío largo» de Quismondo era un «pájaro», una «prenda»: orgulloso, inteligente, «toreaba» a todo el mundo. Me he pasado muchas horas con él, en el campo, a solas, charlando. Era muy listo, tenía amigos millonarios y me pedía que le sacara fotos, con ellos. Yo pensaba: ¿qué les va a sacar, con esas fotos? Luego, para meterse conmigo, decía: «Canito no es trigo limpio». Lo decía porque sabía que yo era de Manolete...

—También trató a su gran rival, Antonio Ordóñez.

—Era un gran torero pero, como persona, difícil, bastante raro. Había que entenderlo. A mí me tenía respeto porque sabía que le decía las cosas claras...

—Recuerda a muchos grandes toreros.

—Por su arte, a Pepe Luis: un monstruo. Me encantó Paco Camino. Y Paco Ojeda, que se quedaba a diez centímetros de los pitones...

—Alrededor de los toros, vivió un ambiente único, fue amigo personal de Ava Gardner, Lucía Bosé, Hemingway, Orson Welles, Grace Kelly y Rainiero, Deborah Kerr, Bing Crosby, Charlton Heston, Concha Piquer, Lola Flores y Manolo Caracol, Juanita Reina, Juan Valderrama...

—El más simpático era Hemingway, don Ernesto, y no es porque yo me emborrachara con él. Pero todavía más genio era Orson Welles y muy cariñoso. A Soraya, a la que llamaban entonces «la princesa de los ojos tristes», la retraté sonriendo, en una fiesta flamenca, con Domingo Ortega, Litri y Pablo Lozano. Bing Crosby quiso hacerse una foto conmigo, delante de una sombrerería, en Sevilla. Luis Miguel invitó a una tienta a Gary Cooper y el actor toreó con el capote, pero era muy alto; a su lado, la becerra parecía más chica. Me dijo: «Si te vienes conmigo, haces un papel, en una película mía». A lo mejor quería que yo hiciese de vaquero malo. Los toreros adoraban a Fleming, el descubridor de la penicilina. En una fiesta campera, lo fotografié con sombrero cordobés. Estuvo muy simpático y amable...

—¡A cuántas estrellas ha tratado Canito! Pero todos conocemos su debilidad por la belleza de Ava Gardner. La fotografió bailando flamenco, junto a Luis Miguel, Gitanillo de Triana, Chamaco...

—Era la mujer más bonita del mundo. Mi mujer y mi compadre, como son muy beatos, no quieren que la compare con la Virgen. Yo le dije a mi mujer: «Asunto arreglado: para ti, la Virgen; para mí, Ava Gardner». Me dijeron que, por eso, estaba excomulgado pero se lo confesé a un cura, me hizo una cruz en la frente y me dio un abrazo: estaba perdonado...

—Ha hecho miles de fotografías. (El orden no ha sido nunca su especialidad). A lo largo de más de seis décadas, ha escrito una amplia crónica de nuestro país. Es el gran testigo de una época.

—No sé cuál de mis fotos prefiero. José Tomás me pidió que le vendiera una de Manolete, que fuera la mejor foto del mundo. Elegí una, me la pagó y me hizo el gesto de que sí lo era. La tiene él, es un verdadero cartel de toros.

—A punto de cumplir cien años, mira hacia atrás sin amargura.

—Esto no da para comprarse un coche o una finca pero sí para ir comiendo... Si volviera a nacer, me gustaría ser lo mismo. Mientras «el de arriba» quiera, sigo al pie del cañón.

—También intentó ser torero.

—Eso sí. Me hubiera gustado ser una figura del toreo... En Linares, estuve con Manolete, en su habitación. Me preguntó: «¿Cómo has sido tú, como torero?» Le contesté: «He sido el más torpe del mundo, porque me cogían siempre los toros». Él replicó: «Si te cogían, sería porque te quedabas quieto...» ¡Me puse más ancho!...

—Espera que le recuerden como fotógrafo pero, sobre todo, como persona.

—Mi mayor orgullo es que, por donde quiera que voy, la gente me quiere, me abraza...

Por algo será. Canito se lo ha ganado a pulso: sesenta años de fotógrafo taurino y cien, de hombre bueno, amigo de sus amigos. ¡Ojalá sigamos mucho tiempo viendo su gorrilla blanca por los ruedos de España!

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