Un “Ovejo” para largo rato

El novillero El Ovejo (izq) toreó como nunca e indultó su novillo en Tovar. Foto archivo, junto al matador Pedro Rubén

Por: Giovanni Cegarra

Pocas veces he visto una faena de valor, pundonor, entrega, mística e integridad profesional como la que escribió en la historia taurina del Coliseo El Llano de Tovar, Miguel Molina "El Ovejo", quien logra el primer indulto de un novillo en el coso taurino tovareño que se acerca a sus veinte años de inauguración, en el marco de la 169ª Feria y Fiesta Patronal en honor a Nuestra Señora Virgen de Regla.

Brillante actuación la de "El Ovejo".

Este chaval tovareño venezolano ha dejado un gran ejemplo para quienes andan en lo del toro, buscando hacerse profesionales pero que van a medias, de vez en cuando, cuando les pica el salpullido y buscan la oportunidad de torear sin estar en sitio y oficio.

Miguel Molina "El Ovejo" estuvo por todo lo alto, mentalizado, centrado, toreando a gusto, lanceó con el capote como los grandes toreros, colocó tres pares de banderillas recreándose en la suerte y con la muleta coronó su triunfo; una gloria que ni él mismo se la pensaba porque si bien es cierto que se dejó embriagar por la emoción de tener ante sí al novillo "Braman" de "Los Aránguez" que le dignificó como novillero; también es muy cierto que toreó como nunca nadie lo había hecho en el Coliseo El Llano de Tovar.

No soy dado a enaltecer a los toreros porque sostengo que el respeto profesional se gana en la arena taurina, ante el novillo o el toro, quien da y quita; pero en esta oportunidad "Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" y dedico hoy esta sección, a este muchacho tovareño que he visto entrenar, llevarse en su humanidad los achuchones al perderle la cara al toro que no lo han desquebrajado y que ha demostrado la noche del jueves seis de septiembre en el Coliseo El Llano de Tovar, que sí se puede cuando se quiere hacer las cosas como deben ser; quería hacerlo y como bien me lo dijo en la euforia del triunfo "lo hice, lo hice …" y sólo resta decirle que siga por ese camino que va, porque tenemos en puerta a un torero de la nueva generación taurina venezolana con muchas ganas y pundonor, a un "Ovejo" para largo rato que deberá sortear lo intrínseco del camino del toro; pero seguros estamos que El Ovejo no se dejará despelucar por nada, ni por nadie, siempre y cuando no pierda el camino que con buen pié comienza a construir.