Sábado 18 de Mayo en San Cristóbal


Bono de colaboración desde 10 $ en: Asogata, 
Escuela Taurina César Faraco: Plaza Monumental, Pueblo Nuevo  
Restaurante Miura: Calle 18 con carr. 20, San Cristóbal 
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16/9/12

Típicos tópicos y tópicos de la Fiesta

Siempre que se habla de tauromaquia en el mundo a todos les viene la imagen de España y el típico tópico de toros, flamenco y fiesta.

por: Ignasi Corresa i Marín - burladero.com - 12/09/2012

Siempre que se habla de tauromaquia en el mundo a todos les viene la imagen de España y el típico tópico de toros, flamenco y fiesta. Quien piense así no se equivoca, aunque tampoco es cierto del todo, en otras partes del mundo también los toros son la Fiesta del pueblo. Obsérvese que omito calificar a la Fiesta de nacional, puesto que la Fiesta traspasa fronteras y culturas propias de una nación. Posiblemente aquí, se encuentre uno de los puntos enfrentados de la fiesta con las diferentes culturas -y ahora hablamos de España-que componen nuestro idiosincrático Estado totalmente enriquecido por culturas históricas que, a diferencia de otros territorios europeos, se mantienen por consenso y son protegidas por la Constitución, nuestra carta magna.

Las diferentes comunidades autónomas, algunas con más aciertos que otras, responden a esos territorios que en su día llegaron a tener una identidad propia a lo largo de la historia, en la que ciertamente, algunos hechos diferenciales y culturalmente hablando, no impiden que otros, por contacto, permanezcan como nexo de unión entre todas. Por contacto y deseo, claro. La tauromaquia es un elemento cohesionador (o así entiendo que debiera ser), en la que radica el gusto, la belleza y la forma común de entender las fiestas del pueblo. La tauromaquia más reglada, las actuales corridas de toros, responden a los festejos mayores que honraban o festejaban en las grandes ciudades acontecimientos festivos de carácter real o sagrado, es decir, civil o religiosos. Los festejos populares, a grandes rasgos, son emulaciones de aquello que por su elevado coste era prohibitivo en las localidades más modestas, pero que heredan de ese gusto mediterráneo, el gozo litúrgico, ritual y festivo de la tauromaquia más ancestral, en la cual todos participaban y todos compartían a la res viva y muerta, puesto que el fin último era su sacrificio para poder disfrutar de un buen manjar en un día festivo.

Sobre esto habría que matizar y profundizar más, pero no tenemos el espacio necesario para abordar un tema delicado pero a la vez tan real y cierto como lo es la Fiesta en sí. Por este motivo, y salvando todo aquello que me dejo en el tintero, no comparto los ideales nacionalistas que se ceban con las corridas de toros y al mismo tiempo desean imponer festejos que, en la mayoría de los casos, tienen el mismo sentido simbólico pero un desarrollo totalmente diferente por diferentes circunstancias, pues al fin y al cabo la esencia es la misma.

Sin embargo volvemos a lo de siempre, la tauromaquia en España necesita un apoyo institucional claro desde el Ministerio de Cultura. Es verdad que se han hecho cosas y que la vuelta de las corridas a la televisión pública es un gran paso para la Fiesta. Pero a pesar de todo, el ministro Wert, tal y como hace su homólogo francés en materia taurina -que no de cartera-, debiera considerar la fiesta como un elemento patrimonial inmaterial. Con esta resolución se garantiza -si se desea- la supervivencia de la práctica ganadera, de las plazas de toros, de las corridas y de todo aquello que dependa de la Fiesta desde el punto de vista legal, puesto que la declaración BIC afecta también al entorno del hecho declarado. Hablamos siempre en términos culturales y legales, nunca económicos o empresariales, ya que con el marco jurídico de la protección patrimonial, se protege todo lo relacionado con la Fiesta.

Cuando leo en la versión digital del periódico El Mundo las declaraciones de Manuel Valls, ministro de interior francés de origen catalán, en las que afirma que el toreo es una cultura que hay que preservar y se observan los pasos dados por esta administración, uno se da cuenta que el tópico todavía es más tópico. Francia es un estado centralista que durante siglos ha menospreciado la cultura propia de otros territorios anexionados con identidad propia durante otras épocas de su historia y en la actualidad, después de siglos, se da cuenta de la importancia de sus tradiciones que hay que conservar y proteger. En España desde la democracia se respetan las tradiciones culturales, y esto es un hecho fehaciente que se puede constatar, sin embargo la administración central se ha ido deshaciendo de algunas competencias de base que hoy por hoy son la gran paradoja de la tauromaquia y de la Fiesta, porque perteneciendo al Ministerio de Cultura, en algunos territorios del estado español está prohibida en parte, o se pretende prohibir mientras en otros está declarada BIC.

Dejémonos ya de estupideces y rencillas ancladas en los "ismos" de los tópicos -entendiendo el término como perteneciente a un lugar determinado y no en el concepto de cliché- que como dice André Viard hay "ausencia de reflexión acerca de la situación global de la Fiesta, que atraviesa desde hace mucho tiempo, uno de sus peores momentos, y que tiene que enfrentarse a la vez a una profunda crisis económica, a una crisis institucional impulsada por ciertos nacionalismos ciegos y a una pérdida de identidad -o de ética- que explica la frustración".

Ignasi Corresa i Marín

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