17/12/10

Exito artístico en Festival de la Escuela Taurina de Mérida


Cartel del festejo promocionando la 4ta clase práctica de los alumnos de la soñada escuela de Don Humberto Alvarez. Foto: Ramón Pico.

* Ovacionados José Antonio, Camilo y Kenyer.

por: Freddy Ramírez "Garapullo"
fotos: Ramón Pico

El pasado sábado en la plaza Monumental Román Eduardo Sandia de Mérida se efectuó la cuarta clase práctica, especie de examen final de la Escuela Taurina Humberto Álvarez; se lidiaron vaquillas de Rancho Bravo, Campo Pequeño y un becerro de la ganadería El Guayabero; todas las reses colaboraron con sus nobles y fijas embestidas para la práctica del toreo.

Difícil que en una tarde se vivan tantas emociones juntas: ver niños de seis, ocho y hasta los 16 años de edad, en franca competencia, cada quien en pos de superar sus notas; allí quizás pudiera haber nacido aquella rivalidad que tanto hace falta en nuestra torería.


Me hubiese gustado ver allí a un don Julián Varona para que se emocionara con el torerísimo de Camilo Cepeda, las cámaras de TAM en los Toros, para que registrasen la clase de José Antonio Salas; a un Castoreño para que con su verbo florido le cantase a la enjundia torera del niño Kenyer; a pintores para que dibujasen los lances y pases, a poetas, escritores, periodistas y hasta los antis pues que de haber asistido al evento, hoy estarían buscando cómo inscribir a sus hijos en la Academia del toreo de emeritense.

También me hubiese gustado ver allí en las barreras de la Monumental plaza de toros a los tan pregonados Bienvenidas, a los Countrys, a los Fortunatos, a los abonados y demás personalidades que andan entre las Ferias grandes del mundo.

Mucha gente de pueblo y de las barriadas y campos de Mérida, asistieron en apoyo de sus pupilos; de allí del barrio es donde precisamente han salido aquellos Girón, El Diamante, Los Faraco, Los Benítez.

El evento fue todo un acontecimiento de alto calibre: procesión con la Virgen de Inmaculada, despeje de plaza, banda de música, Comisión Taurina y el paseíllo con todos los alumnos.


En todos los espectáculos de orden taurino siempre existen los triunfadores, los destacados y los artistas que con sus formas, estilos, improvisaciones, genialidades y duende, los hacen distintos a sus semejantes.

DESTACADOS

De los muchachos destacados podemos citar a David Osorio, Luis Vergara quienes mostraron adelantos, notas aceptables, las pude ver en los apuntes del maestro Fabián Ramírez; también resaltaron, Ángelo Parejo, Alexis Peña, Jesús Rondón, Andrés González, Oscar Barrios, Francisco Paredes, Alejandro Mejía; acá en este lote están los alumnos invitados de Tovar y San Cristóbal quienes dejaron buen sabor de boca entre los asistentes.


ADELANTADOS

Entre los muchachos que cada día muestran mas condiciones y adelantos, está el joven Carlos Sulbarán; le vimos atentamente con una vaca complicada donde Carlos sacó a relucir lo enseñado; con paciencia y cabeza fría, supo darle la lidia adecuada, una tanda de naturales con muleta retrasada y de buen trazo hizo que la nota del maestro y los jurados fuera alta.

TRIUNFADORES

Como triunfadores del festival podemos citar a Yeison Quintero, su forma de torear es alegre y bulliciosa; demostró que también se ha aprendido la lección; pases de rodillas, derechazos y hasta naturales.

Otro de los triunfadores de la tarde ha sido el niño Kenyer Avendaño quien con sus escasos siete años, fue capaz de medirse en la soledad del ruedo a un becerro de su mismo tamaño; tuvo capacidad para enjaretarle hasta cinco pases por alto y el portentoso forzado de pecho. Auténtico volcán el que levantó Kenyer, los Oleees fueron tan intensos, sentidos y subidos de tono que aún resuenan en los cimientos de la Monumental.


El tercer triunfador de la clase práctica ha sido José Antonio Salas, quien se topó con un becerro de interminables embestidas las cuales fueron aprovechadas hasta la saciedad por el muchacho venido de Sabaneta de Barinas; clase fue lo que derrochó José Antonio: se planta firme sobre la arena, corre y baja la mano como si fuera ya un destacado novillero, a todo lo que hace le impregna sabor y torerismo, todo firmado con el sello de los que quieren ser algo en este difícil arte.


CAMILO CEPEDA

Una lotería y una suerte el haber asistido la tarde del sábado 11 al festival taurino de fin de año de la Escuela Taurina de Mérida, muy alegre y conforme debe estar el recordado maestro Humberto Álvarez, su esfuerzo de toda la vida por ver repleta de alumnos su Escuela hoy se ve recompensado –hay mas de 25 estudiantes- las limitaciones son iguales como cuando estabas acá en la tierra, ni la Alcaldía ni nadie ayuda económicamente a la escuelita; hoy, una Junta directiva hace esfuerzos para montar estos espectáculos.


No ha sido un descubrimiento lo de Camilo Cepeda, ya le habíamos visto, sus formas, estilo de citar la res, zapatillas clavadas en la arena, temple, lo artista, lo serio, clase, simpatía; ya quisieran muchos de los matadores de hoy día tener estos atributos. Camilo, con inspiración, realizó algo que se recordará por muchos años, quizás acá pudiera haber nacido la rivalidad que tanto adolece en el toreo nuestro. Que pudiera llegar hacer un torero de altos quilates no lo sabemos, lo que sí tiene para vender es clase y talento.


Buenas las vaquillas de Don Carlos Arias; bravas y codiciosas las de Campo Pequeño; con recorrido e interminables embestidas el becerro que trajo Antonio Gil “El Táriba”

Las Observaciones, defectos y otras falencias, las hará el maestro Fabián Ramírez en charla privada con los acuciosos alumnos.

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