imagen: Dinastía Bienvenida
Ha llegado el año 2024 cargado de esperanzas y sueños que al paso de la caída de las hojas del calendario deben ir haciéndose realidad, con trabajo y dedicación. Para la fiesta de los toros puede ser una temporada importante, un año que se debe capitalizar en una labor tan necesaria como trascedente: enseñar la tauromaquia, llevarla a todos los rincones, porque más que defenderla lo necesario es presentarla como un conjunto de actividades que giran en torno a un animal maravilloso, el cual para seguir existiendo necesita de esta cultura ancestral que año tras año enfrenta muchos retos.
Enseñar desde la base la relación del hombre con el toro es pieza fundamental para promover una presencia taurina fuerte. Visitas guiadas al campo bravo para ver in situ la crianza del toro, sus cuidados y manejo en las ganaderías es una opción muy válida así como cursos y talleres donde se muestre el toreo en su conjunto global.
Realizar tentaderos y clases prácticas guiadas para un gran número de espectadores es otra de las maneras para acercar la fiesta a nuevas generaciones. Exposiciones artísticas y actividades culturales son parte del engranaje de elementos esenciales para darle un escaparate amplio a la fiesta.
En medio de estas reflexiones, la restauración de la Maestranza “César Girón” de Maracay es una excelente noticia pues es un inmueble que forma parte de la esencia de la bella Ciudad Jardín de Venezuela, las ferias de San Cristóbal y Mérida con sus interesantes carteles invitan a los aficionados que en sus viajes reforzarán el turismo y la economía locales.
En la provincia se deberá trabajar en diversos festejos para recuperar los espacios, así como las ferias de Valencia y Maracaibo entre otras, protegiendo asimismo al Nuevo Circo de Caracas para mejores tiempos.
Los que hacemos vida de una u otra forma en la fiesta nacional, debemos cohesionar fuerzas para promover, enseñar y mantener un rito que es, a partes iguales, bello, mágico y único. La nueva temporada 2024 se nos presenta como una campaña en la que se puede crecer, pero todo ello con planificación y dedicación, para cuidar al toro bravo, ese dios totémico que representa la fuerza, el poder y la casta, terna de cualidades que son necesarias para triunfar en cualquier faceta de la vida.
Bienvenido 2024: año de la esperanza.
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