Estampa torera del joven madrileño con sangre venezolana.
Muchos nombres ha ocultado la pandemia que desde hace dos años se aposentó en todos los espacios taurinos del mundo, nombres que en años normales concentraban toda la atención de empresas y aficionados.
Uno de esos nombres es el de Francisco de Manuel, un joven madrileño hijo del matador de toros tachirense Manolo Fuentes, que la tarde de la alternativa, el 30 de agosto pasado en Colmenar Viejo, se dió el lujo de salir a hombros con la figura peruana Roca Rey, en fecha donde Morante no pudo subir al tren de triunfadores con los toros de Núñez del Cuvillo.
Recuerdo que el primero que me habló del hijo de Manolo, fue el licenciado Hugo Domingo Molina que lo vió triunfar en Las Ventas de novillero. Tiene un trazo torero distinto, naturalidad, valor seco y personalidad me dijo emocionado, el hoy desaparecido ganadero, lleno de ilusión.
Francisco de Manuel no pierde la fe después de tanta inactividad y se posesiona en su vocación. Alumno de la Escuela de Colmenar, novillero puntero en 2019 con la satisfacción de haber salido a hombros por la puerta grande de Las Ventas, rozándola en otras ocasiones de novillero.
El espigado y joven matador de valor recio, naturalidad y frescura que dibuja e ilumina el toreo, ha pasado todos estos largos meses en el campo bravo, preparándose con férrea ilusión para el 2022 europeo que Dios quiera siga hacia la normalidad.
El nombre de Francisco de Manuel, resulta novedoso para cualquier plaza, de España y América porque refresca carteles y sentará precedente de su artístico y variado toreo que cala profundo en el ánimo de todos los aficionados.
Torero con sello propio y por tanto muy ilusionante para la fiesta en este momento de muchos toreros académicos de correcto estilo y nula personalidad.
Ojalá y Francisco de Manuel pueda colgar su nombre antes de la campaña europea por estos predios.
Natural de lujo de Francisco de Manuel.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario