Saben ellos, los tachirenses Vanegas, El Pino y Guillén, y lo saben bien, que son sus espadas el premio del triunfo en la baraja taurina. No los bastos, palo de la baraja que apenas vienen a cumplir, vienen como evasores que provoca el severo clima invernal en la península, temporada helada que, como decían antes, algunos "vienen a hacer la América".
No ahora, cuando el Táchira se ha convertido por su población taurina en lo que antes fue, lo que hasta hace poco pudo haber sido Aragua. Han pasado aquellos días cuando los toreros importantes eran los de Maracay, la Ciudad Jardín dejó de ser el ombligo del mundo taurino en Venezuela.
Aunque es un cartel de extraña estructura, de forma muy curiosa es el cartel bañado con justicia para los toreros tachirenses.
Buenos toreros, algunos de ellos pertenecen a la Escuela “César Faraco”, el Alma Máter de la Fiesta de los toros en Venezuela: Se hace justicia con los tachirenses César Vanegas, Marcos Peña "El Pino" y el merideño Alexánder Guillén, al contratarlos aunque sea para que lidien un solo toro en la Feria de San Sebastián.
Extraño invento el de este festejo: tres toreros, cuatro toros. Un cuarto toro de premio, una misma tarde, para el que en los tres primeros astados de la corrida sobresalga entre los tres.
Habrá que ver, amigo Sancho.
Los toros proceden de la ganadería yaracuyana de Juan Campolargo, una divisa que año tras año se impone con la presencia y bondad de sus toros. Lo hace en cantidad de reses lidiadas y por sus toros de bravura y nobleza que esparcen por la mayoría de las plazas nacionales.
Sin embargo, hasta ahora fue San Cristóbal una excepción porque la última vez que se presentó en la arena de Pueblo Nuevo, le indultaron a Campolargo un toro. Indulto producto de su nobleza y de una buena faena del matador Erick Cortéz, quien también fue “vetado”, es decir no volvió a ser contratado para San Cristóbal.
Habrá alguna maldición sobre este torero, porque entre las buenas y valerosas faenas de Cortéz está un triunfo en Mérida, a un gran toro de La Cruz de Hierro. Triunfo que no fue reconocido por la empresa Grisolía, la que enonces mandaban en la Monumental “Román Eduardo Sandia”. Desde entonces Erick no ha vuelto a pisar aquella arena, y no hay Dios que explique las razones.
Para la segunda corrida de la feria de San Sebastián en San Cristóbal se anuncian ocho toros de Los Aránguez, divisa de triunfos históricos en las plazas dee las cumbres andinas, con toros indultados y éxitos en Mérida, San Cristóbal y Tovar.
Ocho toros de Carora en la Feria Internacional, para el maestro salmantino López Chávez, el sevillano Manolo Escribano, el extremeño José Garrido y el joven doctor en Medicina, Antonio Sánchez: un buen torero, artista de corte exquisito del que hace rato esperamos grandes acontecimientos.
La fiesta taurina tachirense, la que abre las puertas de la Monumental y señala los caminos a seguir en la Venezuela de los toros los abre desenmoheciendo los candados de la pandemia.
La Feria de San Cristóbal se cierra con un mano a mano “de campanillas”, como diría un taurino de antaño, a la cabeza con el torero triunfador de la temporada 2021 en España, Emilio de Justo, de recientes éxitos en México y en Colombia, alternando con la primera figura del toreo nacional, Jesús Enrique Colombo, con toros de los ganaderos Molina Colmenares procedentes de los hierros de Rancho Grande y El Prado.
San Cristóbal, los Molina, Los Aránguez, nombres de toda la vida en el Táchira taurino, pueblo tan participativo en la historia grande de Venezuela y en especial en lo fundamental de nuestra tauromaquia.
Ya están marcadas las fechas del jueves 27 de enero, viernes 28, sábado 29 y el 30 para regresar a San Cristóbal, la revivir y volver a vivir la intensidad de la Fiesta de los Toros venezolana.
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