El público respondió con una magnífica entrada, en tarde donde ambos espadas, Emilio de Justo y Jesús Enrique Colombo salieron a hombros. Foto: Comana
La corrida de mayor expectación de la feria internacional de San Sebastián demostró que el toreo sigue muy vivo en Venezuela, ya que el público respondió con una magnífica entrada, en tarde donde ambos espadas, Emilio de Justo y Jesús Enrique Colombo salieron a hombros aunque cada puerta grande tiene un peso distinto.
Emilio de Justo puso sobre el tapete la torería y clase que le ha llevado a estar en la cresta de la ola. Con el primero, un toro que ya de salida estaba limitado de fuerzas, destacó en varios lances con clase y abriendo faena el toro se le coló golpeándose en tablas lo que le terminó de lesionar. De Justo fue paciente, le dio tiempos y espacios, toreando primero a media altura abriendo los caminos y luego ya más asentado el astado, bajando la mano y llevándole largo. Faena labrada con precisión que tras estocada propició la oreja.
Ante el tercero, de mejor condición, Emilio toreó con temple, mando y estética. Siempre muy encajado, dando el pecho a la embestida, el diestro corrió la mano con auténtico mando y gusto sobre todo al natural, con una técnica estupenda.
Al quinto le saludó con bellos lances a pies juntos y ante un toro soso y deslucido, se empleó a fondo para conseguir pases con cadencia, temple y gusto. Una media defectuosa enfrió el ambiente aunque hubo leve petición de trofeo.
Tarde desconcertante la de Jesús Enrique Colombo, que salió muy presionado, pues por momentos se amontonó y aceleró en exceso. Si bien su lote fue deslucido, por parados y tardos, el tachirense tiró de efectismos para amarrar el triunfo. Valor y disposición a raudales pero también mucho barullo.
Con su primero estuvo eléctrico con el capote y muy desacertado con las banderillas, tercio en el que de momento no lo ve claro. Faena voluntariosa con algún pase largo pero primando las ganas sobre otra cosa. Con la espada fue un cañón.
Con larga cambiada saludó a su segundo, fallando de nuevo en banderillas para enfrascarse en una larga faena a un jabonero deslucido, con el que estuvo machacón, tirando de efectos especiales. Entró a matar sin muleta y cobró una estocada.
Al sexto al que recibió con larga cambiada y le hizo un buen quite por lopecinas, tras volver a estar espeso en banderillas salvó un par al violín, Colombo buscó el triunfo por la vía de los desplantes, molinetes, pases de rodillas, es decir hizo el toreo para la galería. Siempre con ganas, entrega y valor porque no se dejó ganar la pelea y tras una estocada fulminante (sin duda es un gran estoqueador) cortó una oreja generosa ante una fortísima petición de un segundo trofeo a todas luces fuera de lugar, que el presidente, en su sitio, no otorgó.
Ficha de la corrida
Plaza de toros Monumental Hugo Domingo Molina de San Cristóbal.
Sábado 29 de enero 2022.
Tercera corrida de feria.
Más de tres cuartos de entrada en tarde espléndida.
Dos toros de Rancho Grande (1°6°) y cuatro de El Prado ( 2°3°4°5°) terciados, de poco juego en su mayoría, deslucidos por sosos y descastados. El de mejor condición el tercero, noble y con cierta clase.
Pesos: 460, 440, 430, 435, 440 y 440 kilos.
Emilio de Justo, de grana y oro: Oreja, oreja y palmas tras leve petición.
Jesús Enrique Colombo, de azul marino y oro: Oreja, silencio y oreja.
Los dos espadas salieron a hombros.
En las cuadrillas destacaron Eduardo Graterol, Carlos Pizzuto y muy acertado con la puntilla Eliécer Paredes.
Emilio de Justo debutó en Venezuela con el toro "Ranchero" número 199, colorado listón ojo de perdiz de Rancho Grande.
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