Sábado 18 de Mayo en San Cristóbal


Bono de colaboración desde 10 $ en: Asogata, 
Escuela Taurina César Faraco: Plaza Monumental, Pueblo Nuevo  
Restaurante Miura: Calle 18 con carr. 20, San Cristóbal 
Contacto: 0412 658 4112

9/1/21

Vivencias taurinas en ganadería Bellavista

Comparto cómo fue la relación con el empresario Lic. Hugo D. Molina. Foto: Vielma


por Luis Acosta Salerno


Allá por los años 1985, en la época de oro, la Feria Internacional de San Sebastián estaba a cargo de la empresa taurina del Lic. Hugo D. Molina, quien tenía varios años en esto; él siempre apartaba una corrida de la Ganadería Bellavista para ser lidiada en la FISS.

Teníamos una relación comercial muy buena con él; la ganadería estaba ubicada en Delicias, Edo. Táchira, a dos horas de San Cristóbal y era una de las preferidas por las figuras que acudían a San Cristóbal, santa coloma puro, caracterizados por su nobleza y bravura.

El Lic. Hugo compraba la corrida seis meses antes y la pagaba mensualmente; para nosotros era muy bueno porque teníamos ingresos seguros por seis meses para afrontar los gastos de la ganadería:  Alimento concentrado, medicinas, empleados etc. Él era un hombre de palabra, muy organizado y de un liderazgo único.

Un día el Lic. Molina fue a visitar la ganadería y yo era el representante para mostrarle el encierro que se lidiaría en enero en la FISS, cuatro meses antes. Llegó en la mañana a Bellavista, yo lo recibí; salimos a caballo y vimos la corrida, pero faltó un toro por ver y regresamos a la casa ganadera. Recuerdo que salir a caballo por los potreros de los toros de salida, era de mucha tensión.

El toro que faltaba por ver estaba cerca de la casa; nos fuimos a pie a verlo ya que estaba en un potrero con doble cerca, una manga como se dice.  Al llegar a pie al potrero, vimos el toro como a 50 metros y estábamos los dos juntos; de pronto, ese toro se nos arrancó directo a donde estábamos; todo fue muy rápido, yo corrí y me metí debajo de la cerca; el Lic. Molina corrió también, pero se metió debajo del alambre de púa y se rasguñó un poco la espalda; sin duda, fueron momentos de angustia. Tuvimos mucha suerte y nos fuimos a casa donde se le aplicaron los primeros auxilios.

He recordado esta experiencia en estos días de su desaparición física. Un empresario ganadero que el Táchira y Venezuela no puede olvidar por todo lo que hizo.

Luis Acosta Salerno.

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