13/1/21

Manuel Granero: del violín al toro

Pudo ser una figura muy importante para el toreo, llenando el gran vacío que dejó “Joselito El Gallo” Foto: 150valencianos.lasprovincias.es

Columna: El Ruedo

por: Fabián Díaz Sánchez


Saludos a toda la afición, me voy a referir en esta ocasión a un torero que fue una gran figura en las primeras décadas del siglo pasado. Granero  nació en Valencia, España, el 4 de abril de 1.902; de familia con recursos, recibió buena educación básica, con complemento de clases de música, llegando a interpretar con dominio el violín. 

Lo que es la vida, Manuel hace un viaje acompañado del comerciante Pedro Sánchez, a la provincia de Salamanca, tierra de toros y ganaderías de lidia; para el momento estaba Granero en la adolescencia, y se entusiasma con ese mundo de los toros. En Salamanca, casualmente se encontraban otros jóvenes contemporáneos, entre los que se destacaban, Juan Luis de la Rosa, Eladio Amorós y Chicuelo, estos ya apuntaban a futuras figuras.

Estando nuestro biografiado en un tentadero de Antonio Pérez Tabernero, comenta José María Cossío, con otros entendidos presentes, le expresan a Granero, que ellos no creían que él cuajara como matador de toros; Granero les contesta con mucha firmeza, que esa duda que ellos tenían, él también la tenía, pero que estaba seguro de salir de dudas, en las primeras novilladas que torera; y agrego, que no seguiría en la profesión para ser mediocre o hacer el ridículo; y así tal cual como lo dijo, lo hizo. 

Comenzó toreando un festival en Salamanca, la ciudad que lo hizo torero, el 11 de enero de 1.920, así va toreando novilladas, hasta que arma un lío en Santander, que sería su descubrimiento como torero excepcional. De ahí, pasó a torear en las principales plazas, como Bilbao, la propia Salamanca, Zaragoza, Sevilla y Madrid. 

El 28 de septiembre de 1.920, Rafael “El Gallo”, le cede los trastos de matador de toros en Sevilla, con el toro de nombre “Doradito”, de Concha y Sierra. Continúa “Granero”, esta temporada en la que concluye con 31 novilladas y ocho corridas de toros. 

Comenzó la crítica taurina a escribir que este nuevo matador podía ser el gran sustituto de José Gómez Ortega “Gallito”, así como lo habían antes creído de Manuel Jiménez “Chicuelo”; lo cierto es que este le confirma la alternativa en Madrid el 22 de abril de 1.921. 

Tendría “Granero”, en la plaza de las cortes, importantes triunfos en esa temporada, así como en las otras de primera categoría, terminando su primera temporada completa de matador, con 193 toros estoqueados y 93 corridas.  Estos guarismos no los había alcanzado ni Joselito el Gallo en su primera temporada de matador de toros. Por lo tanto, la segunda temporada, la de 1.922, se le presentaba a Manuel “Granero”, con mucha expectativa.  Comienza en Valencia, continúa en Sevilla, Barcelona y Bilbao. 

Y bueno, llegó el día 7 de mayo a Madrid, recordemos que mayo, había sido trágico para el toreo; alterna el señalado día con Juan Luis de la Rosa y Marcial Lalanda, con tres toros de Albaserrada y tres de Veragua. Con su primero de Albaserrada estuvo bien, llegando a dar lo que sería su última vuelta al ruedo. 

Su segundo toro de la ganadería famosa de Veragua, era el quinto de la corrida, toro de pinta cárdeno, bragado, bien puesto de pitones, con el mismo defecto del toro bailador que le tocó a Joselito El Gallo; bueno, este también era burriciego, se vencía por el lado derecho y era manso; entrando a matar “Granero”, el toro estaba aquerenciado en tablas, y allí se perfiló el matador,  poca pena, que era el nombre del toro se le venció por el derecho y “Granero”, lo aguantó, empitonándolo y lanzándolo contra las tablas; la cornada más fuerte resultó en la cabeza, resultando mortal; entró a la enfermería agónico y falleció.

En la plaza de Las Ventas de Madrid, hay una escultura taurina que rememora la trágica cornada de Manuel “Granero”. Consideró la crítica taurina de la época que de no resultar “Granero”, corneado de esa manera, y de haber tenido más suerte con los toros, hubiera sido una figura muy importante para el toreo, llenando mucho el gran vacío que había dejado “Joselito El Gallo”.

Escribo este artículo, en los días cuando nuestra fiesta taurina pasa momentos muy difíciles, sobre todo la ganadería de lidia, aquí en Venezuela, en España y todo el planeta taurino. 

Finalmente, deseo que esta pandemia la superemos pronto y volvamos a reunirnos en una plaza de toros a disfrutar de esta gran fiesta; por ahora, toca darle calor a nuestra afición  y una manera de hacerlo es recordando grandes pasajes del pasado y las figuras que le han dado brillo a los toros.  Hay que sacar valor como “Granero”, y tantos que han sido más favorecidos que este matador valenciano.

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