por: Jesús Ramírez “El Tato”
Terminó el mundial de fútbol: sorpresas, alegrías y tristezas. La otra cita dentro de cuatro años. Felices los alemanes y tristes los argentinos con Messi vomitando en pleno partido. Cifras millonarias en el entorno y en el negocio.
Y por qué no podemos hacer un mundial de toreo por lo menos cada cuatro años?. Es utópico?...Surgirán los que digan que es un absurdo, porque el toreo es una cosa y el fútbol otra muy distinta; pero pienso que podría ser. A lo mejor es lo que le falta al toreo para universalizarlo más y no continuar con ocho naciones solamente con el toreo como práctica.
También podría ser como los Juegos Olímpicos de citas mundialistas. En los juegos olímpicos unos corren, otros saltan, otros boxean, otros se aplican a la marcha rápida, que debe ser dañina para la cadera, hay natación, ciclismo, saltos de obstáculos, otros dan volteretas colgados de unos aros o sobre una barra fija, pero también hay los que reman y todo transmitido por televisión con grandes spots publicitarios. Mucho dinero.
Ah... pero bueno, mejor sería como los Juegos olímpicos porque prácticamente en el toreo se practican todos esos deportes universales en un solo evento. Lo que hace un torero en la plaza, equivale a lo que hacen entre todos los atletas.
O dígame si estoy equivocado. No corren los toreros atrás de los empresarios? Y ahora atrás de los políticos buscando oportunidades y recomendaciones? No saltan de alegría cuando se ven anunciados en carteles postineros? No hacen carreras de resistencia esperando al apoderado o empresario engañoso? Y quieren mas salto de obstáculos para poder adquirir un traje de La Aguja, o capotes y muletas así sean de Valdespino? O es que no nadan entre la incertidumbre con la difícil situación actual? Y cuántos hay que hacen marcha rápida cuando los toros no son de su agrado? Y cuántos lanzan discos y jabalinas de impotencia cuando no pueden cortar las orejas? Y los que dan volteretas colgados de los pitones en vez de los aros olímpicos? Y no faltan los que reman contra la corriente creyéndose dueños absolutos del panorama.
Claro que estamos para Juegos olímpicos porque además de parar, templar y mandar, colocar banderillas, cargar la suerte, ligar y ejecutar la suerte suprema, los toreros dan la vuelta al ruedo, muchas veces devolviendo prendas, algunos como Manuel Díaz “El Cordobés” las dan corriendo para demostrar como los alemanes, que no se cansan pese a la prórroga.
Lo que sí no está previsto en los Juegos Olímpicos, son las cornadas. Porque en el toreo hay un hermoso animal, base de la fiesta, que no reparte medallas ni trofeos, sino cornadas; algunas mortales o muy graves. Ah... y tendría que añadir que a diferencia de los integrantes de los Juegos Olímpicos, delante de un toro de casta, el torero tiene que hacer lo más difícil de todo: Quedarse quieto.
Creo que hay tiempo para seguir pensando...
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