José Antonio Montilla (der) compite en la licitación por Maracaibo; en la foto en La Cruz de Hierro junto al ganadero Orlando EChenagucia (izq) y los matadores de toros, figuras de la plantilla nacional, Erick Cortéz, de Maracay, y Rafael Orellana, de Tovar, quienes encarnan la rivalidad criolla que apasiona la nación taurina. Foto: blog elvitoalostoros
por: EL VITO
Nombres conocidos, otros no tanto son los que copan el espectro que compite en la licitación para organizar la temporada taurina de la Feria de La Chinita.
Sobre el papel, el negocio se ha complicado con los vaivenes del precio de dólar.
El reto ni amilana y mucho menos acobarda a las tres empresas que aspiran presentar las corridas de toros de La Chinita, por las tres próximas temporadas hasta la Feria de la Chinita del 2016, un año que se supone de grandes cambios en la nación.
Los empresarios aspirantes son:
José Antonio Montilla y Silvio Salas, quienes son los organizadores de la Feria de Nuestra Señora de Regla en la muy taurina Tovar.
Los hermanos Vanesa y Gabriel Manfredi a nombre de la Empresa Manfredi.
Roberto Marubini, quien participa con sus propuestas en la licitación siendo representado por su hijo Sandro Marubini. Sandro ha sido el Gerente de la Empresa Marubini las últimas temporadas, habiendo hecho carrera en Maracaibo donde esta muy conocida organización ha organizado los festejos por más de 20 temporadas.
Los pliegos serán discutidos por la Comisión Taurina de Maracaibo y la Administradora de la Monumental SAPLAZ, para expresar sus conclusiones a la Alcaldesa Eveling Trejo.
No conocemos el resultado de los análisis de las ofertas que hay en las tres picas presentadas, a nombre de las empresas, que aspiran llevar las riendas de la temporada taurina zuliana por los próximos tres años. Se sabe que el criterio que impera es el de exigir un cambio, un cambio radical en la organización de las corridas feriales. Un golpe de timón de por lo menos 180 grados, a la ruta impuesta por la Empresa Marubini. Una empresa que con aciertos, luchas, fracasos, y inclusión y exclusión cubrió toda una vida en Maracaibo con un estilo muy particular, discutible pero efectivo, en el que siempre se presentaron destacadas figuras del toreo y las ganaderías nacionales exigidas por los toreros en sus carteles.
Entre las tres empresas hay un fantasma, y no es otro que el mismo espectro que nos aterra a todos los venezolanos: el dólar.
Hablar de dólar en las empresas taurinas es hablar de la contratación de las figuras del toreo que exigen algunos ayuntamientos para darle a estas organizaciones la buena pro. La buena pro de las autoridades municipales, políticas, gubernamentales tiene un significado fundamental en el negocio de la empresa taurina.
Habrá que esperar y aunque es difícil hacerlo con ilusión de mejoras, hay que esperar noviembre, que está cerquita.
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