Colombia taurina merece respeto a su cultura

Sábado 18 de Mayo en San Cristóbal


Bono de colaboración desde 10 $ en: Asogata, 
Escuela Taurina César Faraco: Plaza Monumental, Pueblo Nuevo  
Restaurante Miura: Calle 18 con carr. 20, San Cristóbal 
Contacto: 0412 658 4112

15/3/13

Sin propiedad ni moral

Son esos que tienen invadida la Fiesta de Los Toros en Venezuela, que no le dan el respeto que se merece.

por: Giovanni Cegarra

Permítanme hacerme eco del júbilo que embarga al mundo entero, a Latinoamérica, por el nuevo Papa, Su Santidad Francisco I, el Todopoderoso ilumine el camino a seguir, con humildad y sabiduría.

Cuando no se tiene dignidad personal ni profesional, ni respeto a las instituciones, ni a las personas, sean cual fuese su distinción y posición, la miseria invade a quienes no son capaces de mirarse en el espejo porque este se quiebra de tal forma que ni los vidrios puede recoger del suelo, si es que llegan al suelo.

Son esos que tienen invadida la Fiesta de Los Toros en Venezuela, que no le dan el respeto que se merece, sin propiedad ni moral, ni para hablar ni emitir conceptos, opiniones, críticas, solo se desviven para hacerle daño, elementos de pacotilla, peores que los artistas de mal arte y vivir, aunque estos se saben respetar en su modo de convivencia.

Unos cuántos de estos elementos viven y conviven en lo taurino venezolano, carentes de dignidad propia, peores que Judas, "ni lavan ni prestan la batea", más falsos que la ropa que usan que ni decentes les hace ver, más hipócritas que Poncio Pilatos cuando se lavó las manos para quitarse la responsabilidad de la muerte del Redentor del mundo.

La Venezuela Taurina de hoy, está impregnada de ellos, le hacen más daño que los adversarios de lo taurino, viven de la contradicción, de lo impositivo, de la figuración porque nadie les toma en cuenta sus insensateces, del chantaje, de la mediocridad, de decisiones erróneas, de la crítica destructiva, de la habladuría, del lleva y trae, del paracaidismo, inventan donde ya nada se puede inventar, no tienen imagen propia y cuando está de por medio, la vigencia, permanencia, defensa e impulso de la Fiesta Brava, la Fiesta de Los Toros, no se le puede dar crebilidad, ni espacio alguno.

Dirían mis ancestros "son unos don nadie", su forma de subsistencia es dañar a mansalva, jamás ven nada bueno en la Fiesta Brava de Venezuela, para ellos siempre todo es malo, no valen equivocaciones o rectificaciones, solo es valedero lo que ellos consideran es bueno a su antojo, agoreros de oficio, tal cual, perros de guerra.

A estos títeres arlequines de mal oficio, el tiempo les ha venido pesando, les ha medido, les halló defectuosos, no son gente, no pueden ser catalogados de taurinos, mucho título para ellos ni tildarlos de personajes pues no llegan a esa escala de la sociedad y así, para que tenerlos en nuestra Fiesta Brava.

La Fiesta Brava no es cosa de juego y figuración, es un arte y cultura de respeto, en la que no se pueden hacer locuras, ni payasadas, mucho menos improvisar, tomar decisiones que lesionen su permanencia y existencia, atendiendo las recomendaciones de elementos que juegan al fracaso de las Ferias Taurinas Venezolanas, dándoselas de conocer lo mejor, sin tener propiedad, credibilidad, decencia, moral, para estar en ellas.

Lo taurino en Venezuela tiene más enemigos dentro que fuera de ella, taurinos antitaurinos, sin propiedad ni moral y "al que le caiga el guante que se lo plante" y recojan sus vidrios, si es que pueden hacerlo.

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