25/3/13

El Gallo y sus espantadas


En toda la actividad taurina de El Gallo, se cumplió el precepto de “Genio y figura hasta la sepultura” Foto: blog toreros españoles

Por: Enrique Barrios Barrios

RAFAEL GOMEZ ORTEGA.- Es el mayor de los tres hijos varones de Fernando Gómez García, quienes al igual que su padre se hicieron toreros, siendo el menor de ellos el gran maestro de Gelves llamado José, Joselito o Gallito; el segundo, con el mismo nombre de su progenitor, tuvo significativa importancia en la formación de los dos hermanos que llegaron a poseer el calificativo de genios de la tauromaquia.

Con la denominación de “El Divino Calvo” se llegó a identificar la larga vida torera de Rafael Gómez –El Gallo-; pues, si bien es cierto que en sus actuaciones tenia tardes triunfales, en otras ocasiones el público lo aborrecía con pitos, insultos y gritos, al suspender o abandonar la faena por temor o miedo, ante las dificultades del toro.

A este último comportamiento del torero, la afición taurina decidió identificarlo con el apelativo de “La Espantá”. La filosofía que aplicaba El Gallo para justificar su indeseable conducta, se fundamentaba en su afirmación de que “Las broncas se las lleva el viento, y las cornadas se las queda uno”.


LA DECISION DE JOSELITO.-

En la Maestranza de Sevilla, el dia28 de Septiembre de 1902, El Gallo había obtenido la alternativa de manos de los hermanos Bombita: Emilio y Ricardo Torres, siendo también el 28 de Septiembre de 1912 igualmente en Sevilla, cuando El Gallo ordena de torero a su hermano Joselito.

Durante el año 1918, Joselito ocupaba la cumbre del toreo; mientras El Gallo viene ruidosamente declinando. Entonces para terminar con la humillación, aquel prepara la despedida de El Gallo a finales de Septiembre del referido año, correspondiéndole a la Señora Gabriela, pocos días después, el encargo de cortarle la coleta en su domicilio a su hijo Rafael.


EL GALLO NO SE RETIRA.-

Una cosa piensa la familia y otra resuelve El Gallo. Efectivamente, reapareció el día 13 de Abril de 1919 en la población de Ceuta y toreó hasta que se despidió definitivamente de los ruedos en el año de 1936. Durante esta última etapa como matador de toros, intervino en muchos festivales junto al gran rival de Joselito Juan Belmonte, estableciéndose desde entonces entre ellos, una estrecha amistad.

En toda la actividad taurina de El Gallo, se cumplió el precepto de “Genio y figura hasta la sepultura”; y es por ello, que el notable escritor taurino Néstor Luján en su obra Historia del Toreo, describe a El Gallo como “El hombre más mitológico y lunático que ha dado el toreo”.

enbebe@hotmail.com

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