22/10/12

Los Ordóñez en retirada

Francisco Rivera (izq) y Cayetano Rivera (der)leyenda Foto: revistavanityfair.es

por: Enrique Barrios Barrios

EL PRESTIGIO DE UNA DINASTIA
"Es de Ronda y se llama Cayetano" fue la expresión de Don Gregorio Corrochano, el crítico taurino de mayor fama que existió en la época del comienzo como torero de Cayetano Ordóñez Aguilera, quien se anunciaba en los carteles como el Niño de la Palma. Este famoso matador padre de Antonio Ordóñez, torero de época cuya hija contrae nupcias con Francisco Rivera- Paquirri- otro gran figurón de la tauromaquia, unión matrimonial en la cual fueron procreados Francisco y Cayetano Rivera Ordóñez.

Preservar y mantener la gloria de sus antepasados no era tarea fácil, y si bien por unos cuantos años, primero Francisco y más tarde Cayetano, logran formar parte de las primeras figuras taurinas del mundo, al darse cuenta de lo difícil que resulta seguir compitiendo con éxito por la cúspide del toreo, deciden alejarse de los ruedos para incursionar en otras ramas del mundo empresarial, también lucrativas pero menos peligrosas. Resolución tomada sin aspavientos, que se corresponde con las exigencias de una afición que siempre espera lo mejor de quienes practican el Arte de Cúchares.


SIN VUELTA A LOS RUEDOS
La resolución tomada por los Rivera Ordóñez, ha sido adoptada al final de la temporada del año 2012, fundamentándose simplemente en la intención de no continuar enfrentando animales de casta, en las plazas de toros del mundo. No se han cortado la coleta, como ha sido y sigue siendo la norma tradicional para manifestar exteriormente la renuncia al ejercicio del toreo y por ello, la última palabra no ha sido aún expresada. Por otra parte, no olvidemos que los toreros se retiran y vuelven a torear, pues tal práctica se ha repetido con mucha frecuencia, siendo muchos los casos que pueden enumerarse como ejemplo.


GESTO CONVERTIDO EN GESTA
Si bien es cierto que los Ordóñez se van del toreo, el diestro jerezano Juan José Padilla, a quien el 7 de Octubre de 2011, un toro de Ana Romero en Zaragoza le destrozaba el rostro, al propinarle una cornada que lo colocaba al borde de la muerte, hace un juramento de volver a torear en dicha plaza, con motivo de la Feria del Pilar del año siguiente, y cumple la promesa con los toros, recibiéndolos a portagayola, con un titánico y monumental esfuerzo producto, de su inmenso valor y gran deseo de superación. El gesto le vale una gesta, pues corta una oreja en cada toro, sale en hombros y abre la puerta grande, obteniendo un triunfo clamoroso, en donde el peligro de la muerte se convierte en factor de resurrección en su vida de torero. La plaza de toros La Misericordia de Zaragoza encontró un héroe en Juan José Padilla y por tanto, la Fiesta Brava continúa siendo brillante y enciende el alma taurina de la afición.
enbebe@hotmail.com

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