La web de Nelson Arreaza construída a pulso con la cooperación de todos para dejar la huella imborrable del toreo.
Por: Víctor José López "El Vito"
Es el toreo uno de los oficios donde con mayor frecuencia se repite el hecho del hijo que sigue los pasos profesionales del padre. Ha sido así, desde los orígenes del toreo profesional en el SXVI cuando comienzan a edificarse las columnas que conocemos como Las dinastías de toreros. Estas dinastías, en sus orígenes, crearon lo que más tarde se conocieron como las escuelas. Las de Sevilla, Ronda, Chiclana, Castilla y Navarra con figuras destacadas de la fiesta, a las que jerarquizaron con el grado de “Maestros”.Sin habérselo propuesto, estos maestros han formado líneas de sucesión que se distinguen con el nombre de Genealogía.
Nada que ver con la genética, en la que sí tienen mucho que ver las dinastías, y tampoco las Escuelas. Mucho menos.Se conoce en el toreo como línea genealógica la que ata como cuentas de rosarios las alternativas, una detrás de otra, de un torero a otro hasta formar las columnas generacionales que van hasta los maestros primitivos. Este trabajo emprendido por el siempre imaginativo Nelson Arreaza, nos abre un interesantísimo camino entre los toreros que debe darnos luces para entender muchos interrogantes en el sendero de la Fiesta. Luces, seguramente, encendidos en la lámpara de Arreaza, no en la de Diógenes.
Es el toreo uno de los oficios donde con mayor frecuencia se repite el hecho del hijo que sigue los pasos profesionales del padre. Ha sido así, desde los orígenes del toreo profesional en el SXVI cuando comienzan a edificarse las columnas que conocemos como Las dinastías de toreros. Estas dinastías, en sus orígenes, crearon lo que más tarde se conocieron como las escuelas. Las de Sevilla, Ronda, Chiclana, Castilla y Navarra con figuras destacadas de la fiesta, a las que jerarquizaron con el grado de “Maestros”.Sin habérselo propuesto, estos maestros han formado líneas de sucesión que se distinguen con el nombre de Genealogía. Nada que ver con la genética, en la que si tienen mucho que ver las dinastías, y tampoco las Escuelas. Mucho menos.Se conoce en el toreo como línea genealógica la que ata como cuentas de rosarios las alternativas, una detrás de otra, de un torero a otro hasta formar las columnas generacionales que van hasta los maestros primitivos. Este trabajo emprendido por el siempre imaginativo Nelson Arreaza, nos abre un interesantísimo camino entre los toreros que debe darnos luces para entender muchos interrogantes en el sendero de la Fiesta. Luces, seguramente, encendidos en la lámpara de Arreaza, no en la de Diógenes.
Visite en la reed facebook: Genealogías Taurinas de Nelson Arreaza
No hay comentarios.:
Publicar un comentario