Miguel Ángel Perera y Antonio Suárez (der) comparten salida a hombros / F. Camilo Sebastián
Se abrió el tul o mejor el telón de la primera de Feria del Carnaval Taurino de América, evocaciones, milagros, minutos de silencio, tarde fresca donde se festejó la canonización del beato Dr. José Gregorio Hernández, los toros que se lidiaron le han puesto nombres alusivos al Santo...
Varios son los Santos con el nombre de San Antonio, la ganadería también lo lleva, quizás pudiera ser por el Santo de los Milagros y porque no aquel que evocan los solteros para conseguir pareja o el otro, donde un bebé habló para señalar quien era su padre en presencia de la atribulada madre u será por aquella devoción surgida cuando otro bebé volvía a la vida una vez ahogado, de ahí la bendición del pan, fruto de la tierra…
La presencia entre barreras de Su Eminencia Reverendísima del Cardenal, Baltazar Porras Cardozo; previo a la corrida hubo procesión con la Virgen del Roció.
Con aquella religiosidad, la tarde prometía ser de fiesta y milagros veamos: la convergencia milagrosa y mágica se hizo presente con el temple que emanó las muletas del trío de toreros, halando con las telas rojas aquellas remisas, sosas y gazaperas embestidas de algunos toros, el poder superior de Castella, (oreja y palmas) y Perera, que se manifestó al someter y obligar a otros que a regañadientes embestían sin humillar, (oreja y dos orejas).
Otro acto de creencia, fue la del torero de San Cristóbal, un Antonio Suárez, preparado, dispuesto, con actitud, centrado y fino en la última suerte; no fue él invitado de piedra, la tarde que presagiaba ser de los Castellas y los Pereras también fue de Antonio Suárez, al hacerse a dos merecidas orejas, la cortada en su primero, fue sin ligar faena, pero certero con la espada, ante el sexto, un toro que nadie daba un centavo, Suárez con la insistencia, ganas de agradar, derroche de voluntad, lo puso a valer, las cortas y cicateras embestidas se rindieron ante el temple y mando -otro milagro- acá hubo faena ligada y aplaudida, labor rubricada con la espada, que le valió el corte de otra oreja.
Los toros de San Antonio han tenido raza al ser picados, fijos y noblotes, sin peligro; no como para echar pecho, en líneas generales se han prestado al lucimiento de los toreros.
El primero de la tarde fue un inválido que nunca debió saltar al redondel de una plaza denominada de primera, su armazón de feo tipo, no tenía en peso 360 kilos, pero como no hay más, bueno es lo mínimo que nada, en este ejemplar Sebastián Castella, hizo de Fisioterapeuta para mantenerle en pie.
Ni las misas, rezos, ni las vírgenes, los santos pudo con otro milagrito: El Cartel estrella del trío de corridas del corto ciclo, con dos figuras del toreo, no logró ni el medio aforo, Castella y Perera, grandes toreros, pero pequeños en las taquilla, ellos no han sido ni serán taquilleros.
Acertada, equilibrada, justa la Presidenta de Comisión Taurina Municipal, el respeto volvió a la Monumental Plaza de toros "Román Eduardo Sandia" de Mérida.
Como colofón, todos los primeros de marzo se celebra el día internacional de la Cero Discriminación y, es que a nuestra Patrona Virgen de la Inmaculada la han dejado fuera de la procesión apertura del Carnaval Taurino de América,
Cuentan que en el Country Club, no hubo rezos, ni milagros, pero sí que hubo fiesta y lleno, de nuevo se vio al becerrista César Miguel, quién hizo de la suyas al bordar un eral de la ganadería El Rocío…
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