Colombo en el campo bravo donde se piensa, reflexiona y torea.
Unos días de descanso en marzo, permiten al matador de toros Jesús Enrique Colombo replantear su temporada, en un año de mayores compromisos en Europa y América.
En el campo bravo se relajan los toreros, se encuentran consigo mismo y empiezan a contar con optimismo los días para volver a vestir el traje de luces. Además en el caso de Colombo, dejando atrás totalmente, la incertidumbre ante la herida que tenía en la palma de su mano derecha.
Tras las ocho corridas cumplidas este año con seis salidas a hombros en Tlaltenango, México, San Cristóbal, Venezuela dos tardes, Autlán de la Grana, México, Mérida, Venezuela y Guadalajara, México, el joven torero se mentaliza tras este breve descanso para hacer paseíllo en Inca, Mallorca, el 13 de abril en cartel mixto con la rejoneadora Lea Vicents y Manuel Escribano ante toros de la legendaria divisa de Miura en otro compromiso de alta responsabilidad.
En un abril copado de fechas y viajes aéreos, y tras el trago de Inca, JEC torea el 19 en San Miguel Allende, el 20 en Texcoco, el 26 en Pomuch y salvo otros compromisos con fecha no confirmada en Perú y México, vuelve a Las Ventas de Madrid en pleno San Isidro el 14 de mayo con toros de Pedraza de Yeltes y variado cartel de valientes junto a Román e Issac Fonseca.
Jesús Enrique Colombo se plantea seguir en línea triunfal, mostrándose como torero de valor y corazón que hace frente a todas las divisas y encastes y que además les corta las orejas, y sin embargo -decimos nosotros- no recibe por parte de las empresas europeas la consideración y reconocimiento que se merece, pero muy optimista, sigue manteniendo una posición digna con su vibrante toreo.
Aguante y temple de Colombo en Guadalajara
Complicidad de padre e hijo para triunfar e imponerse
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