El enemigo está al acecho para dar en cualquier momento inesperado, su guarañazo letal; enfilan ahora sus fauces contra nuestras Escuelas Taurinas. Foto arte: Carlos Raúl Lobo Díaz
Sin dejar de lado la satisfacción que se siente como aficionado que en la Región Los Andes, en los Estados Táchira y Mérida, otras zonas del país, renace con esfuerzo y voluntad propia de empresarios, la Fiesta Brava en ferias pueblerinas tradicionales que la dignifican y consolidan en una época por demás difícil, en la que lo taurino viene lidiando con la crisis y pandemia, a lo que se suma el trabajo solapado que vienen realizando los adversos que están al acecho, para dar su golpe letal.
El enemigo acecha la Fiesta Brava en Venezuela. No hay duda en ello, nunca han parado en sus acciones para lograr que desaparezca esta afición y pasión, que tenemos con sobrado derecho ciudadano, de disfrutarla, como lo hacen otros seguidores de diversidad de actividades deportivas culturales musicales, etc.
La defensa de la Fiesta Brava en este país ha tenido sus altos y bajos. Recordamos por allá, el año 2007, cuando surgió “con todos los hierros y unidad”, la Plataforma Taurina, que dio pelea sin cuartel, se hizo sentir en la Asamblea Nacional. Sin embargo, de pronto, su esfuerzo y trabajo se esfumó, desapareció del mapa, factor que indudablemente, han sabido aprovechar los que nos adversan, que no pierden tiempo, a pesar de que aparecen cuando hay actividad taurina, en cualquier pueblo o ciudad venezolana.
Una verdad, sin ser dueño de ella, una realidad latente, el enemigo está al acecho para dar en cualquier momento inesperado, su guarañazo letal, enfilan ahora sus fauces contra nuestras Escuelas Taurinas y sea propicia la oportunidad que están renaciendo ferias pueblerinas taurinas tradicionales en el país, para relanzar el alerta, “a dejar el pasmo” como dirían los de antaño, despertar del letargo, no creer en “pajaritos preñados”, agruparnos en un frente nacional para defender a capa y espada, cuerpo a cuerpo, nuestra Fiesta Brava, el enemigo está al acecho, están como caimanes en boca de caño, “en guerra avisada no muere soldado y su muere es por pendejo”, “cuando el río suena piedras trae”, punto y olé.
Foto arte: Carlos Raúl Lobo Díaz
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