Ochenta y nueve años se cumplen este 13 de junio 2022, del nacimiento en la barriada caraqueña de Roca Tarpeya, parroquia Santa Rosalía, de César Antonio Girón Díaz , el gran César de los ruedos que colocó el banderín torero de Venezuela en pedestal de honor en el mundo.
Fueron doña Esperanza Díaz de Girón y Don Carlos Girón, la inspiración del hijo rebelde amante de gloria que quería ser figura del boxeo, del ciclismo, del béisbol o del toreo, en un hogar donde se sentían las necesidades a toda hora.
Precisamente, buscando un mejor destino, una estabilidad provechosa para los hijos, se trasladan a Maracay, tierra que los recibe y cobija a la sombra de la recién inaugurada Maestranza de Calicanto, que al final marcaría el camino del éxito del joven caraqueño.
César, era un gallito de pelea de un grupo de maracayeros, pero ninguno imaginaba que la meta del líder del grupo no era el duro deporte de los coliflores, donde destacaba, sino el toreo que sentía con verdadera pasión.
Un día se desprendió del grupo y se fue a la Maestranza donde se anunciaba un festejo el 5 de diciembre de 1949 . Ese día se lanzó de espontáneo y logró dar tres muletazos. Ya era imposible arrebatarle la idea de ser torero.
Pedro Pineda supo calibrar cabalmente las ansias toreras de César, encaminándolo con energía, moldeando sus ansias toreras que prontamente dió a conocer en plazas de los Andes, Maracay, Valencia y La Victoria, formando pareja con Moreno Sánchez, de quien afirmaba Pineda era su mejor alumno, hasta que en el Nuevo Circo de Caracas, César lo borró del mapa en un mano a mano donde salió a hombros tras despachar las seis reses por percance del alternante.
A finales de 1951, César Girón viaja a España llevado por Fernando Gago, famoso sevillano que apoderaba a Carlos Arruza.
Muy pronto, tras tentaderos, festivales benéficos y novilladas, lidia en Sevilla un toro de Cobaleda de 530 kilos a puerta cerrada cortando dos orejas ante selecta concurrencia invitada por Gago.
Llevaba más de 40 presentaciones cuando recibió la alternativa en la monumental de Barcelona el 28 de septiembre de 1952.
Se constituyó en torero de moda con contratos en todos los países taurinos del mundo. Nunca decayó en sus objetivos, logrando los trofeos más importantes de España, encabezó la estadística y cobró la tarde de la confirmación en Madrid, un millón 200 mil pesetas el 14 de mayo de 1955, cifra considerada astronómica para la época.
Si cortar un rabo en Sevilla era una proeza, pues César cortó dos en menos de 72 horas a toros de Cobaleda y Guardiola.
Sus gestas y números son conocidos. Desde 1962 hasta su prematuro retiro en 1966 en Caracas, fue César Girón figura postinera del toreo y de máximo respeto.
Tras el retiro, entró en el mundo de los negocios sin mayor fortuna. Amigos como el doctor José Antonio Pérez Díaz, su primo César Perdomo, Julio García Vallenilla, o el doctor Cafronni, lo asesoraban, pero César era tozudo y no se apartaba del camino trazado pese a los consejos.
Su vida, sus faenas, sus triunfos pertenecen a la historia del toreo universal. Se encontraba en plenitud de condiciones en 1971, con 38 años, y seguía dando la guerra en los ruedos. Cuatro orejas cortó en la monumental de Valencia al lado de Luis Miguel Dominguín y Antonio Bienvenida el 24 de junio con la plaza llena.
117 días más tarde, el 19 de octubre de 1971, su vida se apagaba en medio de los hierros retorcidos de su pequeño volkswagen Camargia que conducía a la altura del kilómetro 73 de la autopista Caracas-Valencia.
Hoy cumpliría 89 años el César de la torería. Seguiremos recordándolo con respeto y admiración, porque sigue siendo vivo ejemplo de sacrificio y grandeza, dejando un importante legado de constancia, vocación y sobre todo profesionalismo y afición taurina.
Su última tarde, 24-06-1971, fue una ratificación de lo que era: Figura del Toreo.
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