1/2/20

El Fandi y Chacón a hombros con brava corrida de San Antonio

Antonio Suárez dejó nuevamente estelas del arte que posee y buenas maneras. Foto: Federico Montes

** Seis faenas musicalizadas y un indulto en la primera de feria en San Cristóbal

por: Jesús Ramírez El Tato

Tarde triunfal esta primera corrida de feria de San Sebastián. Un interesante encierro de San Antonio, variado de capa, parejos de presentación, bien hechos, armónicos y además con bravura y nobleza en tonos distintos, brindaron una tarde de emociones a los aficionados que cubrieron un cuarto de aforo del remozado coso de Pueblo Nuevo. Seis faenas musicalizadas, dos toreros a hombros, un toro indultado dice poco para lo mucho que se vivió en la plaza, con la afición aupando al torero local Antonio Suárez quien nuevamente brindó su buen toreo, pero volvió a salir caminando del coso y no a hombros de la afición.

"El Fandi" es torero enmarcado para esta plaza. Hasta su caminar se le aplaude, él lo entiende así y sale a corresponder a esa afición con entrega haciendo de todo con la capa y las banderillas. Su primero que acusó debilidad de las patas delanteras, supo entenderlo y llevarlo sobre ambas manos hasta que explotó la música en labor derechista a la que no faltaron los desplantes y molinetes. Lo cazó de gran espadazo y recibió la primera oreja solicitada.


Con el cuarto, de alegre salida, dos largas de rodillas, verónicas y la espectacularidad en banderillas que cerró con uno al violín. Nuevamente privaron sus deseos de triunfar en largos derechazos de varias tandas que hacen sonar la música. Una estocada en su sitio le permite la otra oreja para ganar la puerta grande al final del festejo.

Octavio Chacón estuvo valeroso con su primero sobre todo con la muleta a media altura con la diestra sonando la música tras varias tandas. Mató haciendo recordar el famoso rincón de Ordóñez quedándose sin premio.


Con el quinto vino el gran triunfo de torero y ganadero. Un gran toro "Granada" de 445 kilos que embistió a placer desde el inicio y se encontró con un torero solvente en su quehacer toreándolo a placer, sin ahogarlo en repetidas tandas sobre ambas manos bajo acordes musicales. ¡Qué temple en la embestida!....Fue una larga labor de compenetración de toro y torero en medio de la alegría de los asistentes que pidieron con albos pañuelos y gritos, el indulto ordenado por la autoridad que preside el doctor Álvaro Moros. Aplaudida vuelta al ruedo devolviendo prendas del torero gaditano y el ganadero Edgar Valera.

El lote de la tarde se lo llevó el local Antonio Suarez, quien sin poder redondear un triunfo como sus alternantes, dejó nuevamente estelas del arte que posee y buenas maneras; pero, desde luego faltó ese picante y desbordantes deseos de triunfo para compartir la puerta grande, tan necesaria pata repetir actuaciones.

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