por:
Giovanni
Cegarra – Mérida/Venezuela
El
área campestre del Mérida Country Club de Mérida, ha sido el escenario por
demás ideal, acogedor, familiar, para que Víctor Eduardo Molina “Vitico”, Oscar Eduardo Fernández y mi persona, nos encontráramos con quienes
compartieron afición taurina y franca amistad con el Tío Julián Varona
Castillo, en el sentido homenaje póstumo que se le rindiera, recordando
vivencias y anécdotas de su vida.
Buena asistencia registró el Conversatorio - Foto FDJ |
Magaly
e Elizabeth, hijas del Tío Julián, nos acompañaron en este Conversatorio
organizado por la Comisión Taurina Municipal del Libertador, el Complejo
Recreacional de Mérida (COREMER) y el Museo y Biblioteca Taurina, que nos
permitió compartir con los presentes, una parte de estas vivencias que
convivimos con este hombre íntegro,
amigo, hermano, padre, tío, compañero, confidente, compinche, Maestro de la
narración taurina, como él ninguno, que nos deja un gran legado que perdurará
por siempre en nosotros.
Benita Araujo, del Mérida Country Club da la bienvenida a todos - Foto FDJ |
El
Conversatorio en póstumo homenaje al Tío Julián Varona Castillo, fue moderado
por el Dr. Alvaro Sandia Briceño, que lo abre con su verbo de altura, que
decir, ha sido una actividad digna de quien en vida, dio el todo por el todo,
por este país que lo consideraba su patria, por la afición taurina, por nuestra
Fiesta Brava, por quienes, estuvimos muy cerca de él (43 años) y seguro estoy
que allá en el callejón de la Plaza de Toros Celestial, lo habrá disfrutado,
sin olvidar su habitual costumbre de fumarse un chicote y tomar un trago de
guanijay, como lo hacía, cuando iba a comenzar la narración de la corrida de toros
y olé.
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