Los taurinos estamos de luto, pues Zelín Peña Avendaño fue ciudadano sin tacha, destacado profesional del Derecho y distinguido profesor universitario. Imagen: libertad-oaxaca.info
por: Eduardo Soto Alvarez
Hace más de quince años, renuncié al Servicio Exterior, regresé a Venezuela, me volví a encontrar con los toros y entonces conocí a Zelín Peña Avendaño.
Me lo presentó mi paisano y amigo de la infancia, Eugenio Salas Mora, durante una visita que hice a Mérida y me invitó a una tertulia taurina, que marcó mi retorno como aficionado. Allí conocí a un distinguido grupo de taurinos merideños, entre ellos a Zelín, quien era entonces el Presidente de la Comisión Taurina; congeniamos de inmediato y pude apreciar su bonhomía, su capacidad para la responsabilidad que desempeñaba y su profundo conocimiento de la Fiesta Brava merideña, pues por muchos años fue uno de sus pilares más importantes.
Posteriormente, me fue dado constatar su culto a la amistad, que nunca cesó de demostrar en los años que lo conocí. Me distinguió con un pase de cortesía y por primera vez pude apreciar una corrida desde el callejón, lo cual hizo reverdecer del todo mi afición y Zelín es culpable de que ahora publique, de vez en cuando, algún escrito taurino.
Lo criticaban por los indultos, pero me dedicó una foto de pie en el Palco Presidencial, agitando el pañuelo anaranjado y de su puño y letra: Así se indulta un toro. En verdad, algunos han podido originar polémica y varias veces conversamos al respecto; pero todos fueron concedidos sin trastienda alguna, pues Zelín era un taurino a carta cabal.
No le fue muy grato enterarse que, tras muchos años de servicio, sería relevado de la Comisión Taurina, pero al final aceptó a regañadientes pasar a ser su Presidente Emérito.
Los taurinos estamos de luto, pues Zelín Peña Avendaño fue ciudadano sin tacha, destacado profesional del Derecho y distinguido profesor universitario; además, como todo aficionado que se respete, era cultor de la buena mesa, la buena copa, ameno conversador y consumado contertulio.
Nos ha debido dejar preocupado por el maltrecho estado de nuestra Fiesta Brava, pero seguramente, desde arriba, podrá seguir dando uno que otro capotazo para volver a colocarla en el sitial que merece. Paz a sus restos, solidaridad para la familia y para todos sus seres queridos.
Eduardo Soto Alvarez.
10/02/2020.
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