por: Giovanni Cegarra
A lo largo de su historia, la Fiesta Brava en Venezuela, le ha dado a muchos presencia, gloria, bonanza económica y hoy por hoy, cuando atraviesa una de las etapas más duras y difíciles, indudablemente, que son tiempos de retribuir, esos beneficios que de una u otra forma, han disfrutado, los que están inmersos en el mundo del toro, en este país del Continente Suramericano.
En esta crisis que se vive en Venezuela, que afecta considerablemente a la Fiesta Brava, es tiempo de retribuirle, todo aquello que le ha dado, entre otros, a toreros, ganaderos, empresarios taurinos y comerciales, comunicadores sociales, gremios e imperante ya, la unidad de los taurinos, sin figurón y aspaviento, formar un frente nacional sin marcar territorio, para fortalecerla, consolidarla, impulsarla, sin distingos de clase y posición, sin mirar a quien, dejando de lado resquemores, rencillas, controversias, que tanto daño le han ocasionado, a lo que se suma, el solapado trabajo que hacen los enemigos que hay dentro de ella.
La tarea sé que no es fácil pero tampoco difícil, es cuestión de proponérselo, demostrar que cuando se quiere se puede, si realmente se tiene afición y pasión taurina, no importa cuántas piedras se tengan que levantar del camino escabroso que hoy transita la Fiesta Brava en Venezuela, para limpiar la vía que la volverá a llevar, al sitial de honor que otrora época tuvo; en tiempos de crisis se crece, con Dios y olé.
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