26/8/18

COLMENAR VIEJO (MADRID): Colombo conquista sin premio y Sánchez sale herido

Ovación, vuelta y silencio en el que mató por Sánchez. Foto: cultoro.es

tomado de: cultoro - TEXTO: MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO

Un tercio de plaza acogían los tendidos de la plaza de toros de Colmenar Viejo para la segunda de la Feria de los Remedios. Miguel de Pablo, Jesús Enrique Colombo y Ángel Sánchez trenzaban el paseíllo frente a un encierro de Antonio López Gibaja.

El primero manseó con insistencia en los primeros tercios y buscó la gatera de salida. Topó en el percal de Miguel de Pablo y cabeceó con genio en su acometida al penco, mas violenta que brava. Tampoco lo fue en la muleta, donde tuvo que ir a buscar Miguel al manso. Y cuando lo fijó fue para comprobar cómo le tiraba tarascadas violentas y sin opción de torear. Ni siquiera en la puerta de chiqueros fue posible. Pinchazo, estocada y se atascó Miguel con el descabello para escuchar palmas tras aviso.



El sardo segundo, bajo y bien hecho, nl se entregó al capote que manejó con soltura Colombo, y se fue con genio y con ímpetu violento al jaco, donde le dieron lo suyo. Brillante fue el quite por chicuelinas del venezolano, que respondió por el mismo palo y con mucho ajuste Ángel Sánchez. Vibrante fue el tercio de banderillas de Colombo, con facultades y mucha conexión con el tendido. Pero hubo mas aún con la muleta, porque supo implnersebdesde los doblones iniciales a la repetición huidiza y sin clase del sardo, que siempre arrancó a regañadientes y casi oblivado por el sitio que pisó Colombo. Seguro y con oficio el venezolano, le pegó un espadazo del que tardó en caer y eso provocó la negativa del palco, pese a la petición. Ovación.

El tercero y sus seis quintales y medio se fueron tras el capote de Ángel Sánchez con la misma basteza que mostraban sus hechuras, pero al menos se movió. También en el quite por tafalleras del colmenareño, rematadas por una revolera invertida de gran plasticidad. Y tuvo conjunción con el animal con la diestra en una primera serie de mano templada y trazo largo, pero fue la que tomó el buey. Cuando se la echó a la zurda, su mano de seguridad, el bicho no quiso caminar. Y no pasó de los embroques, tampoco cuando volvió a la senda de la diestra. Hasta que en un derechazo de tragar mucho sin premio a la vista se lo echó a los lomos y terminó metiéndole el pitón. Miguel de Pablo se vio complicado para matar al animal.

Serio era el cuarto, que hubiera sido quinto respetando el orden natural, pero fue Colombo el encargado de actuar para que no matase De Pablo dos toros seguidos. Se movió, sí, pero intentando huir del capote que manejó con mucha solvencia Colombo. De nuevo conectó ajustando embroqjes en babderillas, pero fue con la muleta con la que su seguridad y su sitio conquistaron la pelea con el deslucido y bravucón animal. Supo llegar a la distancia corta para llevar el viaje todo lo largo que era posible. Se ajustó en los embroques con facilidad y llegó al tendido con la ligazón que consiguió. Hasta con la espada enterró el acero, pero tardó de nuevo en caer el animal y el descabello no le ayudó. Ovación.

Dos puñales por delante tenía el quinto, que sacó tanto ímpetu como falta de entrega y de ritmo en el capote de un De Pablo animoso mas que brillante. Una capea fue el tercio de varas, con el manso campando a sus anchas por el ruedo, pegando arreones y poniendo en aprietos a los de plata. Hizo un esfuerzo Miguel de Pablo por sobreponerse a la mansedumbre, los arreones y hasta los mordiscos que tiraba el animal y hasta le robó un par de tandas con la mano derecha después de tragarle mucho. Pero ya estaba imposble al entrar a matar y los dos pinchazos impidieron el premio. Silencio.

Al apretado sexto, basto y de cuello corto, le sopló Colombo una docena de verónicas y medias que pusieron de nuevo en valor su facilidad con el capote. Conquistó la plaza en banderillas, con tres cuarteos de gran verdad y un violín a petición de un tendido que ya gritaba "Colombo, Colombo". Muy felices se las prometía el venezolano cuando vio al animal repetir por abajo y con transmisión en una primera serie de mano baja y dominio impositor, pero allí se le agotó la raza al de Gibaja. Lo demás fue negación defensiva del toro y animoso oficio de un torero por encima de las circunstancias.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Colmenar Viejo (Madrid). Segunda de la feria de los Remedios. Corrida de toros. Un tercio de plaza.

Toros de Antonio López Gibaja, manso de libro el violento primero; con movilidad sin clase ni entrega el mansurrón segundo; manso y sin viaje el buey tercero; bravucón con movilidad el vareado cuarto; manso con genio el quinto;

Miguel de Pablo, palmas tras aviso y silencio.

Jesús Enrique Colombo, ovación, vuelta y silencio en el que mató por Sánchez.

Ángel Sánchez, herido.

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