Novillero José Antonio Salas (foto) y Aficionado Práctico Augusto Rodríguez, tuvieron gran actuación en el festejo. Foto: Germán D'Jesús
por: Giovanni Cegarra
A casa llena, se ha celebrado en la Placita de Tientas César Faraco del Mérida Country Club, el Festival Taurino programado para la tarde del sábado 22 de OCtubre, en celebración por los 78º años de dicho centro social merideño; festival en el que el Novillero José Antonio Salas, de la Escuela Taurina Humberto Alvarez de esta ciudad, y el Aficionado Práctico Augusto Rodríguez, han toreado impecablemente, a lo grande, las vacas de la ganadería El Trébol.
Fueron cinco vacas de El Trébol, bravas de buen embiste, las que fueron lidiadas por el Novillero José Antonio Salas, templando bien con el capote y la muleta, mostrando madurez en su toreo. Le sigue en turno Reimer Arellano “El Plata”, de la Academia Taurina de Tovar, bien con el capote y muleta; luego sale el Aficionado Práctico Augusto Rodríguez que se gusta con la vaca, lances de capote, muletazos a manos bajas; continúa la lidia el Aficionado Práctico Raúl Plaza de Tovar, da buenos muletazos y cierra el Festival, el Aficionado Práctico Orlando Faroh.
Poco antes de iniciarse el Festival, la Junta Directiva del Mérida Country Club en la personas de Benita Araujo y Alí Quintero, entregaron placas de reconocimiento al Dr. Hernán López Añez e Ing. Ricardo De Jongh, por sus valiosos aportes al impulso de la Fiesta Brava no solo en dicho centro social merideño, sino en todo el Estado Mérida.
Alumnos de la Escuela Taurina Humberto Alvarez de Mérida y de la Academia Taurina de Tovar, con la anuencia de la Comisión Taurina del municipio Libertador, que presidió el Festival Taurino, tuvieron la oportunidad de mostrarse; uno que otro aspirante se llevaron su arreón por parte de las vaquillas sin nada qué lamentar siendo ovacionados por el público presente que disfrutó la lidia de las de El Trébol.
Destacable en este Festival Taurino por los 78º del Mérida Country Club la presencia de aficionados jóvenes, adultos, tercera edad y niños, de ambos sexos, quienes junto a sus padres, sin temor a un” trauma y daño psíquico alguno” –los argumentos de los Antis- , observaron la lidia de las vacas de El Trébol, aupaban y aplaudían a los alternantes con franca afición y pasión taurina, refrendando el sí a los niños en los toros.
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