Colombo: resolvió bien con su lote, el primero fue infumable y con el de San Lucas rescató una serie con clase Foto: torosenelmundo.com
por: torosenelmundo.com - por: Rodolfo Ramírez
Ante una entrada que se mantiene con relación anterior, unas 3,000 personas, se lidiaron novillos presentados de Zacatepec, uno sin trapío de Cerro Viejo (4°bis) y un justito en presencia de San Lucas (5°bis), todos acusaron seria mansedumbre y los de la ganadería titular, además, fueron débiles, los que salieron en cuarto y quinto sitio fueron sustituidos: uno porque se lastimó una pata y el otro se partió el pitón.
Nicolás Gutiérrez: Silencio su lote.
Jesús Enrique Colombo: Palmas tras aviso y oreja.
José María Hermosillo: Silencio en su lote.
Detalles:
Al terminar el paseíllo se brindó un minuto de aplausos en memoria del ganadero y actor Gonzalo Vega.
La Porra Libre entregó un trofeo a Nicolas Gutiérrez como el triunfador de la Temporada Chica pasada.
De Jesús Enrique Colombo se escuchan buenos comentarios, desde allende la frontera, un novillero con escuela y buenas maneras, con sentido del toreo y que seguramente, bajo una buena dirección escalará en esta dura profesión, resolvió bien con su lote, el primero fue infumable y con el de San Lucas rescató una serie con clase, si trabajara en el ritmo, este torero, podría gustar a paladares exigentes, se llevó un trofeo por resolver rápido con el acero, pero son de esas orejas que no hay que creerse mucho y mejor a redoblar esfuerzos que el venezolano tiene con qué. Habrá que seguirle la pista.
Tampoco tuvo opciones Nicolás Gutiérrez que se las vio en complicaciones con sus colaboradores, por ahí rescató una tanda con la derecha con el que abrió plaza y tras las verónicas con el capote, sumó aislados pases con la tela roja, con el otro que le tocó en suerte. Del valiente novillero también denotamos sus avances, pero fue imposible sacar agua del pozo seco.
José María Hermosillo se las vio complicadas con su lote, con el primero estuvo voluntarioso, pero sin materia prima no se puede hacer nada, con el segundo puso la carne al asador, hasta en el quite realizó las ya conocidas zapopinas descompuestas en ejecución pero con mucho ánimo, durante la faena de muleta el novillo se le quedaba muy corto, muestra de su mansedumbre y el novillero tuvo que llevárselo a tablas, la espada se le puso pesada y tras la lluvia lo que el público quería era retirarse del coso capitalino.
Mal muy mal el juez Jesús Morales, el más buenazo de los buenazos, volvió a demostrar su incapacidad para presidir un festejo en la Monumental México, pues dejó que picaran al cuarto novillo de la tarde y después lo cambió y además por excederse en otorgar trofeos.
Pero, ¿hasta dónde vamos a parar con estos jueces incompetentes? que le quitan categoría a la catedral del toreo en América. No lo sabemos amigos lectores, lo que sí sabemos, deseamos y solicitamos es que urge que manden a su casa a los jueces de la Monumental México en especial a Chochito Morales, como le llaman en el tendido.
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