Orlando Faroh (izq) y José Eladio Quintero derrocharon oficio intelectual entre lo bueno y lo divino, que es la fiesta brava. Foto cortesía: Páramo Grill )
* Porque hablando se entiende la gente
por: Eduardo Ravell - Diario Pico Bolívar – Mérida Venezuela
Fue el pasado viernes 21 de Octubre en las instalaciones del restaurant merideño Páramo Grill, en la antesala al Festival Taurino 78 aniversario del Mérida Country Club; y entre lo improvisado se acerca hasta la mesa donde se encontraba el experimentado profesional del Derecho y docente universitario: José Eladio Quintero y el conocido empresario y gran aficionado práctico: Orlando Faroh. A lo mejor si se hubiese planificado tal encuentro, nunca se habría dado; no obstante fue necesario que Orlando Faroh compartiera en franco diálogo taurino lo acontecido en Tovar en la recién Feria de septiembre donde la euforia hizo que Faroh saltara al callejón y diera una vuelta al ruedo entre oles y soleras acompañando al torero y ganadero luego de una faena de mucha emoción.
Las euforias feriales dan pie para dar rienda suelta a algunos desafueros que entre la tauromaquia, la Comisión Taurina, los abonados… y pare usted de contar, todo puede pasar, hasta incluso ver un fino gallo de pelea en los medios del ruedo del coso tovareño. Fue la tarde de aquel domingo 11 de septiembre cuando caía el telón 173 Feria en Honor a la Virgen de Regla, consolidando una feria de suma antigüedad. Orlando Faroh es ese tipo de aficionado que se deja ver en cada feria venezolana, así como en Colombia, Perú, México o entre Francia o España. Aficionado hasta la médula; tanto, que se llega a pagar un toro de regalo para que lo lidie el diestro de turno llámese Esaú Fernández o Domingo López Chaves.
Sin embargo, fue sancionado con multa de acuerdo al informe levantado por la Comisión Taurina Municipal de Tovar por eso mismo, porque entre la euforia y la ansiedad taurina todo puede suceder, hasta saltar al ruedo y dar una vuelta al óvalo sin permiso de la autoridad. Gajes de oficio que obviamente no son acordes a lineamientos establecidos dentro del reglamento de las comisiones taurinas en plazas de 1ra, 2da o 3ra categoría.
Errar es de humanos… y corregir… también. Esa noche en Páramo Grill, fue el presidente de la Asociación Taurina de Mérida, José Eladio Quintero, quien le hizo ver al aficonado Faroh lo que significa euforia y afición taurina dentro y fuera del ruedo. Faroh escuchó atentamente y la comunicación fluyó, como tiene que ser; entre la sensatez y la cordialidad, para que finalmente la crítica se entendiera de manera constructiva, más no destructiva.
Porque hablando se entiende la gente; el toro da glorias y el toro quita. La humildad es una virtud que te hace grande, sin acomplejamientos, así lo decía el más humilde de todos los científicos Albert Einstein.
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