Tres apreciados personajes de la Fiesta de los Toros mexicana: el ganadero y escritor: Carlos Castañeda, "El Coloso de Tula"; Jorge Gutiérrez, y don Antonio de Haro González, destacado criador tlaxcalteca reunidos en la Ganadería de Castañeda durante un tentadero para los amigos. Foto:
* La última vez que Piedras Negras se lidió en Venezuela, fue la tarde del 9 de julio de 1978. Tarde del adiós de César Faraco en el Nuevo Circo de Caracas.
por: EL VITO
Recientemente el ganadero y escritor taurino: don Carlos Castañeda Gómez del Campo, publicó un libro muy importante con motivo del reconocimiento de España, México y Sudamérica a la ganadería de lidia de Piedras Negras.
“Piedras Negras: Sitio, vida y memoria” es el título de una obra de gran calidad literaria y soberbia importancia histórica que, como ha escrito el ganadero Antonio de Haro González, se ha convertido en pasión y razón de vida para Castañeda. Y es que este encuentro ha sido tan apasionante que hoy queremos entregarle a los lectores de la revista venezolana Zeta, unas líneas que se refieren a la presencia de la ganadería de Piedras Negras en la historia taurina venezolana.
Cuando Andrés Gago llegó a Venezuela en 1940, lo hizo como empresario. Atrás, a sus espaldas, dejaba una España en ruinas, devastada por la Guerra. Para hacer la América en aquella oportunidad, Gago reunió en la cubierta del vapor italiano Fella, 30 toros andaluces de las ganaderías de Miura, Santa Coloma, Villamarta, Surga y Felipe Bartolomé que serían lidiados en Caracas por el gaditano Pepe Gallardo, paisano de “Paquirri”, los sevillanos Ignacio Sánchez Mejías, Joaquín Rodríguez “Cagancho”, Manuel Jiménez “Chicuelo”, el madrileño Antonio García “Maravilla” y el mallorquín Jaime Pericás, quien se convertiría en el ídolo de la afición femenina en la capital venezolana y a quien se le debe el que la mujer caraqueña se aficionara a la fiesta de los toros.
Gago trajo junto a los toros y a los matadores cuadrillas españolas completas. Entre ellos su hermano Fernando Gago, Benito Martín “Rubichi”, Juan Martín Caro, “Chiquito de la Audiencia”, Bernardo Muñoz “Carnicerito de Málaga”, Emilio Barriocanal, Civil y Manuel Ordóñez. La temporada con los toros españoles se prolongó en Caracas hasta bien entrado febrero.
El ambiente sembró en el surco de la afición gran entusiasmo qua la empresa de Vicente Pastor convertiría en cosecha al contratar la Cuadrilla Juvenil Mexicana que se presentaría con toros del hierro nacional de Guayabita; y mexicanas importadas de los hatos de La Laguna y de Piedras Negras.
Vicente Pastor, junto a las reses mexicanas contrató la Cuadrilla Juvenil, integrada por los matadores Juanito Vela, Pepe Vela y Manolo Torres. Los banderilleros José Ávila, Antonio Tovar y Raúl Venegas; de picadores Jesús Fernández Veneno y Tomás Villegas “Agujetas”. Como director artístico Eugenio Alvarado.
El 21 de abril de 1940 fue la presentación de La Laguna; y el debut de la divisa roja y negra de Piedras Negras tuvo lugar el 28 de abril. Un triunfo para Manolito Torres, que cortó dos orejas y un rabo.
El 9 de marzo de 1941, cuarta corrida de toros de la Temporada de Caracas, se lidió una corrida “bronca y difícil”, según reseñó el destacado crítico don Carlos Salas. Fue un mano a mano entre el levantino Rafael Ponce Rafaelillo y el queretano Paco Gorráez. Rafaelillo, tras ejecución de una “faena temeraria a su tercero, al que mató de buena estocada en su sitio, le fueron concedidas las orejas y el rabo. Gorráez, cumplió”.
La tarde del 16 de noviembre de 1941, segunda de la temporada mexicana en Caracas que se organizó con base a Luis Castro El Soldado y Silverio Pérez, se lidió una corrida de Piedras Negras en el Nuevo Circo. El cartel o integraron “El Soldado”, Silverio y el venezolano Pedro Serradas “Cerrajillas” quien fue el triunfador cortando orejas y rabo al segundo de su lote.
El 8 de febrero de 1942, en corrida presentada en Caracas por la Organización Gago, se lidiaron en la arena del Nuevo Circo, toros de Guayabita, La Punta, La Laguna y Piedras Negras por el mallorquín Jaime Pericás, el sevillano Rafael Vega de los Reyes “Gitanillo de Triana” y el gaditano Pepe Gallardo. Pericás fue el triunfador de la tarde y le fue adjudicado el trofeo “Oreja de Oro” por su faena al toro Tocuyano de Guayabita.
La divisa tlaxcalteca no volvió a Venezuela sino hasta la temporada de 1955, en una corrida organizada por el periodista Rafael Durán Rondón “Curro Puya”, con cinco toros de Piedras Negras y uno de El Rocío, en un mano a mano entre los ídolos Luis Procuna y Luis Sánchez Olivares “Diamante Negro”. Fue una tarde memorable, a pesar de la lluvia que a partir del cuarto toro azotó la capital. Procuna, al tercer piedrinegrino, le cortó las orejas y el rabo al realizar en los medios, en medio de un lodazal con las zapatillas hundidas en el barro, una faena vibrante que electrizó la enloquecida multitud que le idolatraba. “Diamante Negro” respondió con una gran faena, premiada con dos orejas, en el sexto de la tarde. La corrida: con años, con peso y mucha presencia, la tarde tempestuosa, el magnetismo de los ídolos y un público entregado con pasión, hizo de esta corrida de Piedras Negras uno de los capítulos memorables en el toreo nacional.
Pero sería un toro de Piedras Negras, la tarde del 24 de marzo de 1963 el que colocaría en el pináculo de la gloria al maestro César Girón; de nombre Jarameño, número 44, este cárdeno de Tlaxcala se le entregó en nobleza y emotiva bravura al gran torero venezolano que aquel día rivalizó en la arena de Caracas con el gran torero colombiano, Pepe Cáceres, su rival en plazas de Venezuela, y el torero maño Fermín Murillo.
Girón aquel día fue más Girón que nunca.
Ya desde el patio de caballos le ponía acento a su rivalidad con Murillo, y el respeto que siempre tuvo por el Mago del Tolima. A Murillo, cuando ambos se liaban el capote de paseo en el patio de caballos le preguntó que cuánto medía, “Es para que Pedrucho te encargue una urna a la medida, porque estos de Piedras Negras son para toreros con muchos huevos”. Le mandaba César un mensaje a Murillo con a Avelino Rivero “Pedrucho de Canarias”, quien para la época además de torear trabajaba en una agencia funeraria. Cáceres cortó una oreja y Girón las dos al bravo Jarameño.
Aquella temporada del 1963 Piedras Negras en Caracas tuvo una cita con Manuel Benítez “El Cordobés”. Fue la tarde de la presentación en Venezuela de Miguel Mateo “Miguelín”. Completó el cartel el venezolano Alfredo Sánchez, que cortó la única oreja de la tarde. “Miguelín” se presentó con el toro Jarrito, de Piedras Negras, y El Cordobés tuvo una tarde de desastre, división de opiniones en su primero y bronca en el otro.
En el mismo año de 1963 regresó la divisa negro y rojo a Caracas; lo hizo el 22 de noviembre con Paco Camino, Pepe Cáceres y Efraín Girón quien fue herido al colocar banderillas en el sexto de la tarde. Girón le cortó una oreja al tercero; Cáceres silencio en el de apertura, saludos en el cuarto y pitos en el sexto que mató en sustitución de Efraín; Paco Camino fue el gran triunfador en esta corrida. El sevillano dio dos vueltas al ruedo en el segundo y cuatro en el quinto. Motivos de colocación de la espada le impidieron cortar los máximos trofeos, tal y como exigían sus maravillosos trasteos a nobles y bravos toros de Piedras Negras.
Un solo toro de Piedras Negras se lidió en Venezuela en 1965. Fue en la plaza de Maracay, y fue lidiado por Curro Girón el 21 de febrero. Fue en la corrida de la Feria de San José, con toros ecuatorianos de Santa Mónica. Además de Girón, Emilio Oliva y El Cordobés.
En Maracay, dos años más tarde, 1967, hubo un reencuentro de Piedras Negras con Curro Girón; fue el 12 de marzo con “Mondeño” y “El Viti” en Maracay. Tarde de desastre, broncas en los seis toros a los tres espadas.
San Cristóbal estrenó la divisa de Piedras Negras en la tercera corrida de su Feria de San Sebastián de 1973 en la Monumental Plaza de Toros de Pueblo Nuevo. El cartel: César Faraco, Dámaso González y Antonio José Galán. El torero cordobés tuvo una gran actuación, cortó tres orejas; dos a un toro estupendo, de nombre Guarapazo, número 25.
La divisa de los González regresó a Caracas el primero de febrero de 1975, compartiendo cartel con Reyes Huerta (2) en el mano a mano entre Sebastián “Palomo Linares” y el guariqueño Celestino Correa. Triunfo del venezolano, que cortó una oreja.
La última vez que Piedras Negras estuvo en Venezuela fue la tarde del 9 de julio de 1978. Tarde del adiós de César Faraco en el Nuevo Circo, donde “El Cóndor de los Andes” se encerró con seis de Piedras Negras.
Aquella tarde el sobresaliente fue Adolfo Rojas, y los toros se lidiaron en este orden: Bocinero, número 6; Andino, 73 – de De Haro-, Madrileño, 114; Azteca, que mató un caballo, número 5; Caraqueño, 3 y cerró plaza Adiós número 11.
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