Enhorabuena a la empresa por el Abono Estudiantil y de la Tercera Edad; que sus esfuerzos sean coronados por el éxito. Foto:
* Un vistazo a los toreros anunciados para Mérida 2017
por: Eduardo Soto
Al parecer el término usado para calificar lo que aconteció en Tovar, durante la corrida de cierre de feria 2016, ha causado escozor en epidermis hipersensibles del mundillo taurino. La verdad es que la palabra mojiganga tiene varias acepciones, entre ellas la de acción burlona, extravagante e irregular. Burlar es poner en ridículo, extravagante es un hecho raro y chocarrero e irregular; quiere decir fuera o contrario a la normativa. No era la intención causar sarpullidos a nadie, menos aún, entre quienes nos son los principales responsables de los desaguisados que se cometieron en nuestro Coliseo. Me limité a ejercer el derecho inalienable a la crítica de un espectáculo público y unos sucesos lamentables, propiciados por la anarquía que se apoderó del coso, los cuales además, corresponden perfectamente con el significado del vocablo utilizado.
Una vez dicho esto, paso a señalar que la empresa que tiene la responsabilidad de montar las corridas de la Feria del Sol 2017, ha vuelto a sorprender gratamente con sus anuncios sobre el abono con descuento para estudiantes y para la tercera edad. Iniciativas de esta naturaleza, obedecen no solamente a razones de coyuntura económica, sino también a una correcta visión de futuro, matizada con el debido reconocimiento al público y a la afición taurina. Enhorabuena y que sus esfuerzos sean coronados por el éxito.
También, ha habido información, aunque todavía incompleta, sobre los espadas que vienen de fuera y podremos ver en el próximo Carnaval Taurino de América. Se trata de cinco toreros españoles y un mexicano, de los cuales cuatro son debutantes en nuestro país.
Comencemos por Javier Castaño, a quien recordamos por su faena premiada en la Feria del Sol de 2015 y, ahora también, por su presencia de ánimo que le permitió vencer la adversidad. De Daniel Luque, nos viene al espíritu sus deseos de agradar, en particular cuando se deshace del estoque para deleitarnos con el vistoso pase que lleva su nombre, el cual inventara en 2009, en la Feria de La Vendimia de Nimes: La Luquesina.
Los hermanos Jiménez, Javier y Borja, son dos jóvenes toreros de Espartinas, que se han ido formando absorbiendo sabiduría taurina de su mentor, Juan Antonio Ruiz, Espartaco, oriundo de la misma localidad sevillana, de donde le viene su apelativo taurino.
Javier, el mayor, tomó su alternativa en la Maestranza hace un par de años, de manos de Enrique Ponce y cortó una oreja al de Juan Pedro Domecq. En la Feria de Abril 2016, cercenó otro apéndice a un Torrestrella y, posteriormente, en los sanfermines sufrió un percance, cuando al torear de rodillas al Cebada Gago, primero de su lote, fue zarandeado violentamente con saldo de tres vértebras cervicales fracturadas. Sin embargo, permaneció solo instantes en la enfermería, regresó para estoquear el animal e hizo lo propio con el sexto, tras completar con valentía faenas meritorias. En agosto último, salió por la Puerta Grande de Las Ventas, al cortar oreja a cada uno de los ejemplares que le tocaron en suerte, pertenecientes al excelente encierro de Antonio Bañuelos, con cuatro bureles aplaudidos en el arrastre.
Borja, el menor, recibió los trastos también en Sevilla en 2015 y su padrino fue Espartaco, quien volvió a vestirse de luces para tal oportunidad. Se comentó que el Maestro le dijo a su ahijado que apretara bien los machos, pues pensaba pegarse un arrimón y en el ruedo hay que competir siempre. Sabio consejo de un figurón, que encabezó el escalafón en la segunda mitad de los ochenta y que tiene en su haber seis Puertas del Príncipe. El toricantano no tuvo suerte esa tarde, pero a principios de este año 2016, consiguió oreja en Valdemorillo.
Así llegamos a Ginés Marín, joven diestro jerezano, quien acaba de tomar, en mayo, su alternativa en Nimes, cuando cortó una oreja a su primero y los aceros impidieron trofeos en el sexto, al que continuó toreando con cornada en la parte posterior del muslo derecho. Su palmarés como matador en verdad impresionante: Oreja y Premio al Mejor Quite de la Feria de Córdoba; Puerta Grande en Badajoz; dos orejas en el Festival Solidario de Almonte en Huelva; Puerta Grane (tres orejas), en la Feria de Santander; Premio a la mejor faena en la Feria de Vitoria; Puerta Grande en Valverde del Camino, Huelva; Puerta Grande (tres orejas) en Almendralejo, Badajoz; Puerta Grande en Iniesta, Cuenca; Dos orejas en Ejea de Los Caballeros, Zaragoza; Oreja en la Feria de San Benito en Badajoz; Oreja en Aranda del Duero, Burgos; y Puerta Grande en la Feria de Consuegra, Toledo. Todo ello, en poco más de cuatro meses de alternativa. Con estos precedentes, habrá mucho interés en verlo actuar.
Nos resta comentar sobre Octavio García, El Payo, torero mexicano que debuta en nuestro país, a ocho años de su alternativa. El de Querétaro, ha sido castigado por los toros, tiene la huella de catorce cornadas en el cuerpo, una de las cuales casi lo condena a la silla de ruedas de por vida. El Payo es un diestro curtido, salió por la Puerta Grande en Aguascalientes en 2015; a principios del pasado mes de septiembre, amputó cuatro orejas a bureles de Salvador Domecq, en Motilla de Palancar, Cuenca y, a mediados del mismo mes, en Bolaños de Calatrava, Ciudad Real, cortó oreja al par que le correspondió, de un buen encierro de Alcurrucén. Se puede esperar mucho de este torero azteca, que todavía no llega a los treinta años.
Este grupo de toreros, nos indica que, por circunstancias bien conocidas, no tendremos una feria cuajada de figuras, pero sí de talento joven, en busca de su lugar en la Fiesta Brava, que pisarán la arena con conocimiento, valentía y dispuestos a jugársela toda, entrega a veces ausente en toreros consagrados, quienes parece que vinieran solo a cobrar.
Esperamos que el aporte criollo no desluzca, Rafael Orellana, estamos seguros que hará el mejor intento y tiene con qué salir adelante, sin la perniciosa muletilla del paisanaje o recurrir demasiado a florituras. Otros diestros nacionales, con credenciales suficientes, aún no se mencionan y, por el contrario, algún otro se nombra en demasía, con solo un pergamino cedido por la autoridad taurina, en momentos de desmedida largueza.
Confiamos en que los encierros del país, estén a la altura de las circunstancias, pues los ganaderos debieran estar más interesados que nunca, en que no termine de zozobrar la nave de la tauromaquia nacional.
La Comisión Taurina merideña, seguramente tendrá que apretar tuercas en materia de observancia de la normativa vigente, cuyo cumplimiento tiene que exigirse a todos con la suficiente anticipación, que permita prevenir y subsanar cualquier situación que pueda presentarse, sin los apremios ni presiones de última hora.
Ojalá la coyuntura sirva para ayudar a descubrir y consolidar nuevos valores de la torería y para despertar en el graderío, creciente inquietud por apreciar mejor el espectáculo taurino, por respetarlo y aprender a disfrutarlo, sin manipulaciones ni abusos que hacen mofa del Arte de Cúchares y añicos la credibilidad de palcos, plazas y públicos.
Eduardo Soto
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