Columna: Retazos Taurinos
por: Eduardo Soto
La consulta a que se refería el último párrafo del Microretazo de hace un par de días, tuvo éxito, pues taurinos de mucho fuste aportaron sus luces, para dilucidar si existía nombre específico para el quite “por collera”, que pudimos ver en la corrida de cierre del reciente ciclo taurino tovareño.
Uno opinó que en el argot taurino se conocía como “lances al unísono”, otro indicó que podría llamarse “quite entre dos” y mucho agradecemos su interés y sus aportes. Pero, el erudito taurino, que presidió por años Las Ventas, ha dado tan buenos y oportunos capotazos a favor de nuestra Fiesta Brava y persona que goza de mi mayor aprecio, proporcionó las orientaciones necesarias para dilucidar el asunto.
En efecto, encontré que este quite lleva el nombre de la capital de Ecuador y es producto de la inspiración de dos maestros del toreo mexicano: Alfredo Leal y Manolo Martínez, en honor a la afición quiteña. Se ejecutó por primera vez en la Plaza de Iñaquito en 1968, cuando ambos toreros, que ya se había puesto de acuerdo, se fueron al centro del ruedo con un capote cada uno, se lo echaron a la espalda y dieron simultáneamente dos gaoneras, rematadas con su respectiva revolera. El quite lo han prodigado varios toreros pero, especialmente, los hermanos Fermín y Miguel Espinosa, quienes solían realizarlo por Chicuelinas Antiguas.
Así pues, hemos encontrado que los lances tienen su historia y habían sido bautizados como: “Quite de Quito”. Sería injusto que tratáramos de apropiarnos de un obsequio del exquisito toreo de capa mexicano a la afición de la capital del hermano país. No sería un acto propio de la característica nobleza de la gente de la Sultana del Mocotíes y, en consecuencia, ya no sería A LA TOVAREÑA. ¿No les parece?
Eduardo Soto
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