En la difícil situación por la que atraviesa la Fiesta Brava en Venezuela, se está olvidando a la afición taurina, la que en las buenas y las malas, se retrata en la taquilla y siempre está ahí.
por: Giovanni Cegarra
Conocido de todos es, aunque muchos se hacen de la vista gorda, de cómo están las cosas en la Fiesta Brava venezolana. Nadie mueve un dedo para sacarla del escabroso camino que transita y dentro de todo este panorama, recordando un pensum de estudio, hay una asignatura pendiente.
La afición taurina, hoy por hoy, es toda una asignatura pendiente en nuestra Fiesta Brava.
Los aficionados taurinos, con todo y crisis, han respaldado nuestra Fiesta Brava a lo largo del Calendario Taurino Venezolano y prueba fehaciente de ello quedó bien cifrada en el Coliseo El Llano de Tovar, el sábado tres de septiembre, en la novillada nocturna de la 173ª Feria Virgen de Regla, donde pese al torrencial aguacero que cayó esa noche, a sabiendas de la lamentable secuela que la bordeaba, se aguantó el chaparrón que se coló parejo por el techado del Coliseo, pedía a vox pópuli que la novillada se diese, como así fue.
Toreros, gremios, empresarios, ganaderos, comunicadores taurinos, todos los que de una u otra forma se la juegan para impulsar la Fiesta Brava en Venezuela, tienen una asignatura pendiente: la afición taurina, la que hay que fomentar, educar, mantener, hacer crecer, darle el respeto e importancia que bien merecida se tiene, a lo largo de la historia taurina venezolana y punto redondo.
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