25/8/14

Los Andes: Escaparate singular de la Fiesta Brava venezolana

Plaza levantada en La Grita con gran apoyo en los tendidos.Foto:

por: Jesús Ramírez “El Tato”

En una situación de crisis, es reconfortante como viene desarrollándose la actividad taurina en poblaciones andinas. La Feria Agropecuaria de Bailadores, la Feria del Santo Cristo de la Grita, El Vigía, Seboruco y ahora la serrana Tovar con sus corridas y novillada de Virgen de Regla.

Para el recuerdo han quedado, Santa Cruz de Mora, La Fría, San Antonio, Colón, Zea, Ejido y ahora Táriba, esta última por culpa de un alcalde que no fue capaz de enfrentar una situación económica para respetar la tradición del pueblo que lo eligió.

El emporio andino, tiene las ganaderías y tiene los toreros para cubrir sus ferias. También los empresarios y las plazas portátiles. Tiene los subalternos de categoría y ahora hasta la cuadra de caballos. Bueno y malo. Bueno porque se ha hecho una labor que culmina con dos ferias andinas importantes como San Cristóbal y Mérida, y malo porque los éxitos que conquistan los toreros, se quedan allá en las hermosas serranías sin la repercusión que debería tener eco en otras regiones del país.

Marcos Peña “El Pino” con calidad interpretativa, César Vanegas, torero completo que ahora busca nuevos aires en Perú, Rafael Orellana, firme y triunfador, Gregorio Torres “Maravilla” de formación hispana que no ha dejado desvanecer la llama de su quieto toreo, como lo demostró recientemente en La Grita; Alexander Guillén refrescando ilusiones en tierras incas igual que Jhonatan Guillén; Fabio Castañeda, nueva ilusión que lucha en Europa; Currito Ramírez en puesto de línea; y Antonio José Ramos que en Lima sigue labrando esperanzas.

Pero es que también tiene rejoneadores: José Luis Rodríguez, con alternativa de lujo en Portugal; Rafa Rodríguez, espectacular sobre las cabalgaduras; y otros como Willy, que se forma sin premura.

Y anclados en tierras andinas han quedado para el recuerdo muchos toreros aragüeños. El picador Rigoberto Bolívar y el novillero Domingo Blanco. Y permanecen los banderilleros ya en retiro, Diego Pérez, Angel González “Gallo Tapado”, Argénis López y Marcos Peña “El Pino” con un vástago que es esperanza.

Pero hay además una pléyade de novilleros que se forman en las escuelas de Mérida y San Cristóbal bajo la dirección de los maestros Fabián Ramírez y Ramón Alvarez “El Porteño” que ya se abren por otros predios, inclusive en cosos peruanos. Y a la cabeza de ellos con experiencias de valía, Manolito Vanegas afincado en España es sólida esperanza; Antonio Suárez de fino toreo en manos de “El Gallo de Morón” que ya le proporciona las novilladas sin picadores; y Jesús Enrique Colombo, que nos llena de optimismo, ahora en manos de Ruiz Palomares de triunfales actuaciones sin los jamelgos, haciendo el camino para la campaña venidera con triunfos convincentes.

Todo esto es bueno. Identidad propia. Escenarios de lucha y triunfos. Pero hay que labrar el camino para el entendimiento y la oportunidad mas amplia Abrir campos de lucha. Por eso escribía hace poco, que Enrique Nelo “El Ciclón” iba a la boca del lobo. Torea en Seboruco el 31 de agosto y por otro lado César Altuve va a Bailadores y luego a Tovar. Nadie duda de la calidad torera de este par de aragüeños en la arena. Qué bueno sería su triunfo para refrescar carteles, convocar a la afición y reforzar la fiesta brava, que es nacional, nunca regional. Estamos claros.

Entre tanto, de las hermosas tierras andinas, seguirán surgiendo los nombres para el toreo, con la esperanza que no sean solamente para las fiestas y afición serrana, sino para toda Venezuela y por qué no, del orbe taurino. Es el deseo de todos…

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