"José Dámaso Rodríguez Rodríguez “Pepete” nació en Córdoba el 11 de diciembre de 1824 y murió 38 años después en Madrid, el 20 de abril de 1862, toreando al toro de Miura “Jocinero”." Foto: blog rafazubi52
* Parte I
Por: Víctor Ramírez “Vitico”
El anuncio de la lidia de una corrida de Miura en la próxima feria internacional de San Sebastián ha levantado una sabrosa polémica, a favor y en contra, siendo normal en el mundo del toro los diferentes puntos de vista, auténtica sal de esta fiesta maravillosa. Interesante resulta entonces hacer un recuento histórico de la ganadería sevillana, que debe su fama a la leyenda negra de una lista de muertes ocasionadas por los toros y vacas del hierro de la A con asas.
La ganadería fue fundada por Juan Miura Rodríguez, a petición de su hijo Antonio, un gran aficionado. Juan Miura era un industrial sombrerero de la provincia de Sevilla, y el 15 de mayo de 1.842 adquirió 230 vacas de Antonio Gil Herrera, procedencia Gallardo. Las reses se marcaron con el famoso hierro de la A con asas, que ya empleaban para marcar las reses de abasto que los Miura ya poseían, procedentes de Antonio Carga. Sin embargo, estos primeros animales fueron desechados poco después para en 1.849 comprar 200 vacas y más de 160 becerros del hierro de Alvareda, procedentes de Cabrera, animales que fueron aumentados en número entre 1.850 y 1.852, con la compra de casi toda la vacada de doña Jerónima Núñez de Prado, oriunda de Cabrera también, sangre que marcaría para siempre el devenir del hierro miureño.
El 15 de agosto de 1.846 se corren por primera vez toros a nombre de Juan Miura con divisa grana y verde en Sevilla. Casi tres años después, el 30 de abril de 1.849 se lidian por primera vez toros de Miura en Madrid y de esa fecha data la antigüedad de la ganadería. Ese día se lidiaron dos toros del Marqués Casa-Gavira, dos de Luis María Durán y dos de Juan Miura (con divisa encarnada y negra) estoqueados por Manuel Díaz “Lavi”, Julián Casas y Cayetano Sanz.
El 29 de octubre de 1.849, seis meses después de su debut en Madrid, la ganadería de Miura es obligada a cambiar los colores de su divisa para que no se confundan con la de don Plácido Comesaña, vacada más antigua que también figura en el cartel. Ese día en Madrid se corrieron dos toros de Gil Flores, dos de Comesaña y dos de Miura. Fueron lidiados por Francisco Arjona Guillén “Cúchares”, Julián Casas y Manuel Arjona Guillén.
El 11 de abril de 1.850 Miura lidia un toro en Madrid con la divisa encarnado y negro. El 4 de noviembre de 1.852 se formalizó la compra a la testamentaría de Jerónima Núñez de Prado de nuevo por parte de Juan Miura Rodríguez, de un lote compuesto por 172 vacas y 6 machos, a razón de 358 reales las hembras y 560 los machos. En 1.854 la ganadería sustituyó los sementales procedentes de Alvareda, por dos que se compran a José Arias Saavedra, yerno de Juan Domínguez Ortiz, conocido popularmente como El Barbero de Utrera. Estos astados eran procedencia Vistahermosa.
Tiempos de cambio vivió la ganadería en 1.860 cuando falleció Juan Miura Rodríguez, quedando a nombre de su viuda doña Josefa Fernández García. Justo un año después, en 1,861 muere doña Josefa y la ganadería pasa a nombre de su hijo Antonio Miura Fernández, quien en realidad fue su verdadero director desde su fundación.
El 20 de abril de 1.862 comienza la leyenda negra de Miura en el festejo celebrado en Madrid, en el que José Dámaso Rodríguez “Pepete” es corneado mortalmente por el toro “Jocinero”, berrendo en negro, aluranado, botinero, capirote, que cuando fue tentado tuvo el calificativo de sobresaliente, e incluso padreó en la ganadería hasta 1.860, costumbre de la época. El día de la trágica muerte de “Pepete” se lidiaron por primera vez los miuras con divisa encarnada y negra. Esa tarde se corrieron tres toros a nombre de Antonio Miura y tres de Agustín Salido. Con el infortunado José Dámaso actuaron Cayetano Sanz y como sobresaliente Pablo Herráiz, y como anécdota, por error se anuncian los miureños como “de don Antonio Miura (antes de su hermano Juan)”.
La cornada de “Pepete” ocurrió al derribar “Jocinero” al picador Antonio Calderón, que cayó del caballo, quedando al descubierto. El público vio la escena horrorizado y “Pepete” saltó la barrera en cuestión de segundos para hacerle el quite al picador caído. El toro salió del caballo atraído por la carrera del torero, con tan mala suerte para el valeroso diestro que ambos se encontraron en el camino. El toro lo enganchó con el pitón derecho por la cadera. Cuentan las crónicas de la época que el matador se sujetó del pitón izquierdo para desprenderse del toro y caer, pero “Jocinero” se enceló con su presa y le asestó un puntazo en la tetilla izquierda y una profunda cornada en el corazón. El torero se levantó, caminó en perfecto equilibrio, para caer en la puerta de alguaciles. En la enfermería el doctor trató de reanimarle, pero las heridas eran mortales de necesidad. La leyenda de “Pepete” se engrandeció al recobrar unos segundos la conciencia y preguntarle al doctor: ¿Es argo, doctor?, para fallecer tres minutos después.
La afición lloró la muerte de la primera víctima de los Miuras y le compuso coplas como esta:
“Pepete salió a la plaza
Como un torero valiente
Para salvar a un picador
El toro le dio la muerte”.
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