17/11/13

Manolo Muñoz: En una carta, la vida

Manolo Muñoz encendió la tea de la pasión en banderillas. Foto: blog elvitoalostoros

por: EL VITO

A Manolo Muñoz no le quedaba casi nada en la alforja, todo lo había perdido con su primer toro en la arena de la Monumental de Valencia. La impotencia ante “Agradecido” fue terrible. Confusión de terror, mezclado con incapacidad para resolver. Nada le quedaba al torero para jugarle a la fortuna taurina aquella ilusión que llevaba liada entre los bártulos en su hatillos de torero, todo se había diluido dejando cárcavas de dolor en el sufrido torero, dolor de futuro de vida perdida, abierto en la arena de la plaza grande de su natal Valencia.

Decidido, Manolo Muñoz, se hizo un planteamiento existencial cuando propuso jugarse todo a todo apostando su único valor de fortuna: la vida. Echó Manolo las dos rodillas en tierra para iniciar la faena de su segundo toro, hermoso astado de El Capiro y nombre “Naranjito” que tenía en los naipes de la fortuna del destino del torero. El toro estaba sesgado en tablas, y poca atención prestaba al reto del torero. Muñoz le acosaba, y el toro continuaba indiferente. El murmullo en la plaza creció a medida se acortaban las distancias, hasta que el toro, bravo y de gran nobleza, presto y encastado, reclamó su presa. Seis muletazos estrujantes y estridentes reclamaron atención total ya que sobre el paño de la mesa el torero del barrio, ese muchacho con color y olor de pueblo, que tenía una pluma homérica en su muleta había iniciado el relato de una epopeya.

¡Grandiosa! No cabe otro adjetivo, la bella faena del joven torero al astado de Dayro Chica, este “Naranjito” marcado con el 271 en el lado de la garrocha y que ha de ser el futuro un punto de referencia cuando se hable de toros en Valencia y de las oportunidades para los toreros nacionales.

El curso de los acontecimientos seguía la ruta trazada por la lógica. Juan José Padilla había cortado una oreja y El Fandi otra. La Santamaría de tarde bajaba y grupos de aficionados dejaban los graderíos de la Monumental. Creían los aficionados que ya lo habían visto todo, y no querían volver a ver el fracaso del torero venezolano; pero esto, amables amigos, “no termina hasta que se acaba” y lo demuestra la vida en todos sus órdenes, y más cuando Manolo Muñoz la había puesto en el paño de la mesa en un “todo o nada”, ante un gran toro, frente al que escanció los sueños que en su breve existencia que han arrullado todas sus ilusiones: la faena grande en la plaza grande, un día cualquiera de la Feria de Valencia.

El primer toque de diana de este amanecer en el toreo nacional sonó cuando Manolo Muñoz colocó tres soberbios pares de banderillas. Uno de ellos el recuerdo al maestro Bernardo Valencia, sentado en una silla y al quiebro que provocó echaran chispas las palmas y se atragantaran los gañotes por el susto.

Tres pares dejó, antes de tomar la muleta. Había dejado un punto de atención y detuvo la huida de la plaza. Ya venía la apasionada entrega.

Como señalamos, Manolo Muñoz inició su gran faena de rodillas, el pecho rozado por los pitones del toro y la muleta sacándose los pases de pecho para la total entrega. Vinieron tandas, templadas, mandonas y muy en especial largas y profundas barriendo la arena. Lo más bellos, lo hermoso en todo esto fue la total entrega del público de Valencia que tuvo que regresar a los tendidos para aclamar el descubrimiento de su torero.

Luego surgieron las polémicas. Para unos, el toro debió haberse indultado. Otros, que Muñoz tenía que intentar matarle, era la suerte suprema de la faena suprema. El tema crecerá en las tertulias y se convertirá en leyenda con el paso de los años.

La verdad es, que salimos de la plaza y no nos acordábamos que esta tarde también, en el mismo ruedo, habían toreado el joven rejoneador antioqueño Andrés Chica, muy ovacionado y que ha gustado en su presentación en Valencia, el triunfador de la pasada feria y puntero en el escalafón en la temporada del 2013 Juan José Padilla y el granadino David Fandila “El Fandi”. Estos dos a oreja por espada.


FICHA DE LA CORRIDA

Valencia, Segunda de Feria. Buena entrada en la Monumental Bernardo Valencia; TOROS: Siete de El Capiro, uno para rejones. ANDRÉS CHICA, Palmas tras un aviso; JUAN JOSÉ PADILLA Palmas y Oreja; DAVID FANDILA “EL FANDI” Palmas y Oreja; MANOLO MUÑOZ Palmas tras aviso y Vuelta al Ruedo

1° Brasilero n° 239, 434 Kgs (Rejones) 2° Bandolero n° 349, 426 Kgs3° Agradecido n° 315, 432 Kgs4° Ruiseñor n°366, 450 Kgs5° Juvito n° 333, 426 Kgs6° Carbonero n° 318, 432 Kgs 7° Naranjito, n° 271, 426 Kgs

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