Manuel de La Fuente (der) junto a Fortunato González (ctro) y visitantes.
Por: Giovanni Cegarra/CNP 2229.
El escultor de la vida, del arte, de lo académico, de lo taurino, de la amistad, del compañerismo, el escultor del escultor: Don Manuel de La Fuente, ha partido a moldear su arte, al Reino Celestial.
Venido de Cádiz, España, Don Manuel de La Fuente sembró su arte en todo el mundo, por toda Venezuela y fue Mérida, su "Ciudad de Los Caballeros", donde se radica; y desde su taller, sus prodigiosas manos, impregnadas de arte e imaginación artística, moldan y funden infinidad de obras que están distribuidas en muchos rincones del mundo, aparte de las que dejó en el Museo Manuel de La Fuente que inaugurase el 15 de febrero del año en curso, en la tierra que hoy le despide a la eternidad.
Taurino de excelencia Don Manuel también dejó su magnífico legado en el mundo del toro, un legado del ayer, hoy y siempre, que enaltece su obra y sencillez artística y hoy al despedirlo desde Mérida al Reino Celestial, resta decir: Adiós Maestro, morir es nacer.
Paz a sus alma.
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