Joven diestro identificado por la crónica taurina como el llamado a constituirse en figura. Foto: laplazareal.net
por: Enrique Barrios Barrios
EL COMIENZO.-
La figura emergente de la torería mundial, con veinte años de edad por haber nacido en la localidad sevillana de Gerena un 21 de Septiembre de 1989, responde al nombre de Daniel Ruffo Luque, quien da inicio a su actividad taurómaca participando en una novillada celebrada en la población de Cortés de la Frontera, en la cual llegó a cortar cuatro orejas y dos rabos. Deja de ser novillero y pasa a la categoría de matador, en la ciudad francesa de Nimes el día 5 de Mayo de 2007, confirmando al año siguiente la alternativa en la plaza de toros Las Ventas de Madrid, integrando cartel con Javier Conde y José Tomás.
RASGOS QUE IDENTIFICAN SU TOREO.-
Este joven diestro, identificado por la crónica taurina como la revelación torera de la temporada española de este año 2009 próxima a concluir, está llamado a constituirse en figura de mantenerse en la tónica espectacular que está poniendo de manifiesto en sus triunfales presentaciones. Los pases de Daniel Luque tienen un mérito especial, pues sus faenas vienen impregnadas de un exquisito perfume sevillano, al ejecutar un toreo de pie firme inmutable, clavado en la arena, cambiándose la muleta por la espalda dando pases sorprendentes a la derecha y a la izquierda, con un ritmo armónico que emociona y cautiva a los espectadores, quienes disfrutan a plenitud lo que ha dado en llamarse el arte de las luquesinas, es decir, muletazos valientes bajo el ambiente de un alarde de casta torera y una sublime expresión artística. Como lo fueron Pepe-Illo,
Chicuelo, Joselito, Belmonte, Curro Romero, los aficionados esperan divisar en esta juvenil promesa, el nuevo ídolo del toreo sevillano.
ULTIMAS ACTUACIONES.-
En Granada logró indultar a un toro, en la Feria de la Vendimia de Nimes que acaba de concluir cortó tres orejas y un rabo, y en Sevilla lleva a cabo una magistral y brillante faena en el reciente cierre de la Feria de San Miguel, deslumbrando al público con un arte de muchos quilates premiado con el corte de dos orejas, que hubieran sido tres si el puntillero en el segundo de su lote, no estropea lo que pudo ser la oreja que le permitiera abrir la Puerta del Príncipe. Daniel Luque, en su acusada aspiración de ser figura del toreo, tiene un serio desafío: no decaer en el porvenir.
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