Ultimo triunfo de Arruza en La México a ciento catorce días antes de su muerte.
* Coincidencias: Conduciendo sus autos chocaron contra un camión
por: Jesús Ramírez “El Tato” - Diario El Aragüeño
Especialmente para darle la alternativa a César Girón, viajó Carlos Arruza de México a Barcelona. Célebre festejo del 28 de septiembre de 1.952 con Agustín Parra “Parrita” de testigo y con papel agotado en la monumental.
Igual que César, el padrino Carlos, expiró en la carretera conduciendo su camioneta rumbo a la capital azteca el 20 de mayo de 1.966 cuando chocó contra un camión.
La mañana de ese viernes de mayo, firmó Arruza unos papeles a Luís Procuna en su casa de la calle acequia y enfiló rumbo a Toluca, a su hacienda donde montó a caballo varias horas, como práctica diaria ya que se desempeñaba como rejoneador.
A las 5 de la tarde, la camioneta chevrolet modelo 1.962 con placa 997 LP, de vuelta a la capital acompañado del novillero y mozo de espadas Jorge Rosales, apodado “El rana”. Media hora mas tarde en una curva, el choque con el camión guiado por Alberto Campos. Era el kilómetro 18, final inesperado, triste y lamentable de Carlos Arruza.
Vida de paradojas de estas dos figuras del toreo. El último rabo de Arruza en La México lo había conquistado como rejoneador ciento catorce días antes de su deceso. ¡Increíble coincidencia! Ciento catorce días antes de fallecer, cortaba César Girón sus últimas orejas. Ahijado y padrino fundidos en el abrazo de la ceremonia doctoral, también en el inevitable destino numérico, y al final entre hierros retorcidos y pedazos de chatarra a la orilla de la carretera, a ciento catorce días después de mostrar sonrientes los trofeos.
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