15/7/24

Lo difícil de volver a reescribir la historia

Crónica del décimo y último festejo de San Fermín. Foto: mundotoro


fuente: mundotoro - por:Gabriel Moreno

Doce minutos habían pasado de las nueve de la noche cuando Jesús Enrique Colombo volvía a cruzar el umbral de la puerta grande de Pamplona por segundo año consecutivo con la corrida de Miura. A esa misma hora, toda España, pendiente del televisor porque la selección española se juega su cuarta Eurocopa frente a Inglaterra. Ambos en busca de su triunfo -aunque unos antes que otros-, pero con la misión de volver a escribir una página más en sus respectivas historias. Con lo complicado que es volver a revalidar un triunfo, volver a saborear las mieles de la victoria y sentir el calor de toda la afición -o de un país entero-, y el diestro venezolano lo ha vuelto a lograr, otra vez, tras cortar tres orejas a su lote de la ganadería de Miura, el de más posibilidades de la tarde.

Escribano también paseó una oreja tras sobreponerse a un lote muy complicado con un sobrero de Cebada Gago que, sencillamente, no estuvo a la altura de la tarde, y un quinto de Miura al que recibió en el tercio, banderilleó y planteó batalla en la muleta para arrancarle un apéndice. Fuera de la ecuación de la victoria quedó Antonio Ferrera, aunque no fue por falta de ganas ni de disposición durante la lidia, ya que en esa faceta se le pudo ver ampliamente sobrado, sino por la mala actuación de la suerte en el sorteo de esta mañana.

Llegaba Colombo a Pamplona con el aval del sonado triunfo del pasado año también con la corrida de Miura y no falló en su cita con la afición pamplonica. De imponente estampa, con veleto y muy astifino, y más bien hecho y compensado que sus hermanos fue el sexto de la tarde, que tuvo cierta nobleza en su comportamiento y que lució el tercio de varas gracias a la alegría que cargaban sus arrancadas. Tomó los palos como es habitual en el venezolano y ejecutó un extenso tercio propio de su tauromaquia; poderío, facultad física y exposición en cuatro pares que llegaron a los tendidos. En la muleta, el animal se desplazó con franqueza a pesar de no terminar de humillar por el derecho, planteando Colombo una faena inteligente basada en el toreo corriendo la mano y mandando sobre la embestida del Miura. El final, por manoletinas y una estocada fulminante fueron los argumentos finales de una actuación que fue premiada con dos orejas para culminar otra tarde de Puerta Grande en Pamplona.

También con mucha seriedad, amplio de cuerna y largo de viga fueron las hechuras del que hizo de tercero, un toro que que también tuvo algo de humillación de salida pero que ya venía acortando el viaje a medida que pasaba por el capote de Colombo. No tuvo demasiado castigo en el caballo, llegando con viveza a un tercio de banderillas que compartió con Manuel Escribano y que solventaron con pasmosa facilidad. ‘Palmiteño’ tuvo exigencia en sus embestidas, más agradecidas en los inicios de faena, aprovechadas con oficio por parte de Colombo. A medida que corría el reloj de la faena, el toro se vino a menos y comenzó a desarrollar y a orientarse, dejando el venezolano muletazos de mérito frente al peligroso final del toro. La estocada, también efectiva, fue suficiente para cortar la primera oreja de la tarde.

Manuel Escribano vió frustrado su esfuerzo de recibir al imponente segundo de Miura a portagayola tras romperse el pitón desde la cepa en un remate contra el burladero. Tuvo que porfiar con el segundo bis de Cebada Gago, un animal manso de solemnidad que fue de caballo en caballo durante el tercio de varas y que tuvo pólvora -de la mala- en la muleta de Escribano, que tuvo que tragar un mundo y sortear el peligro que planteaba el Cebada. Con todo se fue el sevillano para irse a la guerra frente al quinto de la tarde, otro animal bien presentado y de exagerada encornadura, al que banderilleó con mucha autoridad y toreó a base de paciencia y de confiar en las escasas condiciones del toro para robarle los pocos muletazos que este otorgaba. Lo mejor del trasteo llegó por el pitón derecho, donde consiguió cosechar muletazos despaciosos. La espada tuvo un rápido efecto, aflorando los pañuelos y concediéndole una oreja por el conjunto de una sólida tarde.

No tuvo la suerte de su lado un inspirando Antonio Ferrera, atento en todo momento a las cuestiones de la corrida como buen director de lidia que es el extremeño, destacando varias intervenciones para sacar a los toros del caballo tanto en sus toros como en los de sus compañeros. Muy bien hecho y de reconocible procedencia fue el primero de la tarde, que rápidamente marcó su negativa a humillar y la falta de raza en el capote de Ferrera. Trató de llevarlo a los medios para remendar su condición, pero no tuvo más recorrido su embestida, resolviendo con el oficio de la experiencia y logrando derechazos con poder ya en el final de faena. Con el cuarto, algo menos serio que sus hermanos pero en el tipo de la casa, no tuvo opciones por su abanta condición en los primeros tercios. Quiso someterlo con inteligencia Ferrera en un inicio por doblones, pero el toro echó la persiana nada más acabar la segunda tanda y desarrolló mucho sentido, pudiendo solo robarle un puñado de derechazos cuando el animal no se sentía dominado.

Ficha del Festejo:
Plaza de toros de Pamplona, Navarra. Décimo y último festejo de la Feria del Toro 2024. Lleno. Toros de Miura y Cebada Gago (2º Bis), muy bien presentados y de juego variado en su conjunto, destacando al sexto que tuvo cierta nobleza y alegría en las arrancadas. Más abantos y deslucidos fueron el primero y el cuarto. El tercero tuvo matices pero se orientó rápido. Poca raza y sosería fue la condición del quinto. El segundo, sobrero de Cebada Gago, fue un animal completamente manso y peligroso.

• ANTONIO FERRERA, silencio y silencio.

• MANUEL ESCRIBANO, silencio y oreja.

• JESÚS ENRIQUE COLOMBO, oreja y dos orejas.

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