Golfredo Rojas, el "Trotamundos de la Fotografía Taurina", capturando la esencia de la fiesta brava. Siempre pendiente de los tendidos, su cámara no sólo inmortaliza la faena, sino también las emociones de los aficionados, cuyo recuerdo plasma para la eternidad.
Foto:
Fotos: Germán D' Jesús Cerrada
El venezolano Golfredo José Rojas Marquina no es simplemente un fotógrafo; es una leyenda viva de la tauromaquia, pionero en la fotografía a color, y con 43 años de trayectoria ininterrumpida, ostenta el récord de ser el profesional que más ruedos ha pisado a nivel mundial. Este andino, nativo de Mérida y formado en San Cristóbal, vive y convive como el mejor en el mundo del toro, con una vida marcada por el arte, el riesgo y el sabor de los viajes. Su profunda pasión lo lleva a afirmar que "El fotógrafo taurino también es torero... no es tomar la foto por tomarla; hay que verle la cara al toro y torear con él para obtener una buena fotografía en cualquier instante de los tres tercios de la corrida".
Aunque su pasión por la fiesta brava, inculcada por su abuelo José María Marquina en el populoso sector de La Parroquia, era ya antigua, su camino profesional comenzó por insistencia de sus amigos, el cronista taurino Ángel Luis Omaña y Santiago Dugarte Jr.
Su debut como fotógrafo taurino ocurrió el 18 de marzo de 1982 en la Feria de San José de Maracay. Allí, con una cámara prestada y acreditado por el diario El Mundo, no solo se estrenó, sino que vendió su primer gran trabajo: una foto "de bandera" al torero venezolano José Nelo «Morenito de Maracay», de la que su apoderado, Luis Álvarez, le compró dos docenas.
Desde entonces, su cámara no ha conocido fronteras. Su primera incursión internacional fue en la Feria de Cali, Colombia, en 1989. Hoy, Golfredo es reconocido por haber recorrido y seguir visitando los ocho países taurinos del mundo (España, Portugal, Francia, México, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú), sumando coberturas en lugares como Las Vegas (EE. UU.). Su profesionalismo es el mismo, cubriendo con igual pasión el solemne Templo de Las Ventas en Madrid que el ruedo más humilde.
Tres generaciones de lentes taurinos en el callejón: Golfredo Rojas (en el centro, de camisa azul) junto a dos colegas fotógrafos: Cucú rinones y Luis López aramacuto (der), compartiendo un momento en el callejón antes de la faena. Esta imagen refleja la comunidad y el oficio de la fotografía taurina en Venezuela.
Golfredo Rojas revolucionó su oficio al ser el primer fotógrafo taurino en hacer y comercializar la fotografía a color, creando un nuevo mercado para toreros y apoderados. El legendario Don Francisco Cano "Canito" le recordó jocosamente esta hazaña: "Usted es el jodedor que nos ha hecho cargar dos cámaras porque los toreros quieren fotos a color..." El alcance mundial de Golfredo quedó sellado en 1985 con una foto que dio la vuelta al mundo: la inédita imagen del matador español José Ortega Cano mordiendo el pitón izquierdo del toro «Roedor» de la ganadería venezolana de «Tierra Blanca» en la Monumental de Mérida.
En los viejos estudios de "Ecos del Torbe", una emblemática emisora ya desaparecida en San Cristóbal, el reconocido cronista taurino César Omaña, director de Venezuela Taurina, entrevista a Golfredo Rojas. Esta imagen documenta la faceta del fotógrafo compartiendo sus experiencias en los medios de comunicación andinos.
Su vida en el callejón no ha estado exenta de peligro; en las ferias de La Grita, Táchira, resultó herido por una banderilla, un suceso que subraya el riesgo constante de su labor. Su espíritu emprendedor lo llevó a ser empresario en sociedad con Gregorio Quijano, montando tres ferias en La Parroquia, Mérida. Además, también organizó festejos en plazas mayores como el Nuevo Circo de Caracas, la Feria de Barinas y la Feria de Barquisimeto, demostrando su visión empresarial más allá de su tierra andina.
Golfredo Rojas (centro-derecha, camisa blanca) en un encuentro en España. El fotógrafo venezolano, junto a un grupo de aficionados, posa en la casa del matador Manuel Escribano, en Gerena, Sevilla, confirmando su estatus como un hombre de mundo y respetado en los círculos taurinos internacionales.
Finalmente, este profesional de arte, clase, sitio y oficio es un activo ponente en foros y un apasionado de la cocina, dominando desde los pastelitos andinos aprendidos de su abuela hasta el tradicional rabo de toro español.
La imagen, capturada por el reconocido fotógrafo taurino venezolano Golfredo Rojas, inmortaliza un momento crucial en la carrera del maestro Enrique Ponce: su primera Puerta Grande en la Monumental Plaza de Toros "Román Eduardo Sandia" de Mérida, Venezuela, el 11 de febrero de 1991.
Pero, más allá de los toreros y apoderados, son muchos los aficionados que tienen alguna fotografía de Golfredo, pues él ha plasmado ese recuerdo disparando su cámara a los tendidos, dejando grabados para la eternidad a los asistentes a las corridas.
Golfredo Rojas junto a su esposa, la señora Nery Delgado, disfrutando de un momento personal en un mirador, una imagen que muestra el lado familiar del "Trotamundos de la Fotografía Taurina" y su conexión con su natal Mérida.
Golfredo Rojas no solo documenta la historia del toreo; él la ha coloreado, la ha sazonado en sus viajes y, con su lente siempre lista, se ha inmortalizado como la memoria viva de la tauromaquia universal. Es el fotógrafo que, con temple de torero, siempre logra el 'instante decisivo'.
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