Prepara ya la campaña de 2025 en la que espera volver a torear en Venezuela
En la vida de los toreros hay años o temporadas en las cuales se crece mucho, en ocasiones es algo íntimo, sin grandes vistas de cara al exterior, pero las sensaciones, logros y aprendizajes son más para el propio espada, para alimentar el alma y así se va poniendo cada ladrillo para edificar el éxito.
Es el caso del matador de toros Curro Ramírez quien en la presente temporada ha crecido significativamente como torero, gracias a una afición fuera de serie y una voluntad inquebrantable. El diestro tovareño desde que por el mes de febrero en los albores del año 2024 estuviese en el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo hasta el final de temporada no ha parado de entrenar, acudiendo al campo y poniéndose delante de toros de gran trapío lo cual da mucho oficio y sirve para grandes cosas al que es capaz de superar la prueba.
En los tentaderos que ha realizado alguno de ellos con espadas de la importancia de Juan Serrano “Finito de Córdoba” e Iván Vicente ha demostrado un concepto muy personal sumando a ello los festejos toreados como sobresaliente que este año han sido en buen número en plazas como Calatayud, San Bartolomé de Pinares, Ampuero, Écija, Piedrabuena, Las Pedroñeras y Munera por mencionar algunas de sus actuaciones.
Curro no ha parado de entrenar, acudiendo al campo con frecuencia
Ramírez ha demostrado un notable crecimiento artístico. Torero de buena clase y valor, posee una depurada manera de interpretar el toreo ahora sustentada con el oficio. Prepara ya la campaña de 2025 en la que espera volver a torear en Venezuela para reverdecer laureles de triunfo.
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