La empresa JSA Productions que mantenía en vilo a los aficionados por la realización de las corridas de la Feria de Tovar 2024, publicó el comunicado que acabó la incertidumbre. Me atrevo a asegurar que no fué fácil la decisión, muchas vueltas le darían, buen rato lo pensarían, porque la identificación de la empresa con el espectáculo taurino en Tovar, siempre ha sido de total apoyo.
Estamos claros, el empresario organiza y valora todos los factores que intervienen en las corridas, con el lógico propósito de obtener rentabilidad económica. Y cualquier ciudadano actualmente en el país, debe saber y comprender que la situación de total incertidumbre que nos agobia, acaba con cualquier esquema, con cualquier teoría científica, mercantil o económica; inclusive aquellas que proponen los visionarios tecnócratas modernos para obtener éxito.
En el complejo mundo empresarial taurino, se habla de mucho dinero, se respeta lo hablado o acordado con un apretón de manos, pero cuando la taquilla, como en este caso no ofrece solvencia, pues hay que echar el corazón a un lado y hacer lo que la empresa hizo con responsabilidad en ese corto comunicado que en tres párrafos dió la cara a la realidad de una feria tradicional, inscrita con éxito en el calendario taurino de América, pero que no ha estado exenta de esta lamentable situación.
Qué pasa ahora?...En el campo bravo se quedan los toros reseñados y a los que les apuraban el alimento para evitar las multas de Don Roger, los contratos de los toreros se quedan a la espera, avalados por la confianza y responsabilidad de que goza la empresa, los caballos de picar, los subalternos, todo el entarimado del espectáculo taurino, queda pues afectado notablemente por algo sobrevenido.
Nos queda esperar con altísima fé y esperanza, que las turbulentas aguas vuelvan normales a su cause, que los desmemoriados de suspensiones que atacan por flancos de desconocimiento, no olviden que en estos momentos de apremio social y político, la fiesta brava que nos nutre y nos apasiona, es víctima, no protagonista, lamentablemente, y nunca ha sido bueno para nada jugar contra pronóstico.
Vale añadir, que las más variadas hipótesis de analistas ocasionales, se comentan allá en la plaza Bolívar tovareña alimentadas por suposiciones de todo tipo, algunas muy maliciosas, lo cierto es que la sultana del Mocotíes se queda sin toros, y feria sin toros no es Feria. Solo se oirá el fervor parroquial de las romerías a la imagen venerada de la Virgen de Regla, la emoción y bullicio de los eventos de burros, carruchas y cauchos tan tradicionales y por primera vez, el pregón de feria será en recinto cerrado sin público, como adelantándose al futuro.
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