La Fundación Victor Barrio es uno de los legados del matador consecuencia de su frase: "La Tauromaquia, más que defenderla hay que enseñarla" Foto: fundacionvictorbarrio.es
*** Es la hora de la unión real y efectiva, no como un brindis al sol, sino necesaria para cohesionar las acciones y medidas que el sector debe tomar, para que el toreo perdure.
Desde sus inicios, la tauromaquia ha sido objeto de polémica, entre otras cosas porque es un espectáculo único en el mundo y por ende genera división de opiniones, a favor y en contra. Sin embargo, en los últimos tiempos mediáticos, de corrientes animalistas y otras peculiaridades se ha acentuado el ataque.
No parece que sea bien sabido, por estas agrupaciones, que el toro de lidia es un animal único que existe y pervive gracias al espectáculo, las ferias y las fiestas. Los antitaurinos esgrimen miles de argumentos para combatir al toreo los cuales repiten hasta la saciedad. Los opositores a la fiesta no se conforman con expresar su rechazo, sino buscan y pretenden abolir el toreo, en una supuesta defensa del toro bravo; trabajan las más variadas estrategias para lograr ese cometido.
La Fundación Víctor Barrio es una entidad sin ánimo de lucro que tiene como fin de interés general la enseñanza de la tauromaquia y los fines culturales ligados a la misma, así como la promoción de la tradiciones, dirigido especialmente a los niños, jóvenes y colectivos con dificultades específicas de comprensión, conocimiento y de exclusión social.
El desaparecido matador de toros Víctor Barrio, que dejó su vida en los pitones del toro “Lorenzo” en Teruel, regaló para la posteridad una frase que resume el trabajo que el sector taurino debe hacer: “La tauromaquia, más que defenderla, hay que enseñarla”.
He ahí el secreto, enseñarla, dar a conocer la vida del toro bravo, como se forma y vive un torero, la cantidad de personas que viven gracias al toreo, desde los que laboran en el campo en la crianza del toro, hasta los que trabajan en las ferias. No es una labor fácil, pero debe hacerse para por lo menos dar una idea más real y exacta de lo que es la tauromaquia, ya que los que la adversan trabajan arduamente en todo lo contrario.
Es la hora de la unión real y efectiva, no como un brindis al sol, sino necesaria para cohesionar las acciones y medidas que el sector debe tomar, para que el toreo perdure y sobre todo se respete, así como se respeta profundamente a quienes no lo conocen o no les gusta.
Trabajo, planificación y unión para que podamos seguir teniendo a un animal maravilloso como el toro bravo y a una forma de vida tan especial como lo es la tauromaquia.
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