Emilio de Justo llegó a la última de la feria de San Sebastián a dictar una auténtica lección de qué es torear, en una prodigiosa actuación donde fue la máxima expresión del toreo.
La corrida de Campolargo, embarcada a última hora, permitió ver grandes cosas, destacando varios toros por su clase y nobleza.
Buenas maneras, voluntad y decisión de Marcos Peña El Pino. Foto: Juan Carlos Carrero
Marcos Peña "El Pino" estuvo aseado y voluntarioso con el toro que abrió plaza, que tuvo un temperamento que no siempre acertó a llevar el diestro local. Buenas maneras, voluntad y decisión fueron la marca del trasteo, abierto con finos estatutarios.
Ante el cuarto, El Pino estuvo mucho más a gusto, iniciando faena con un ceñido péndulo y logrando buenos pases por ambos pitones para cortar una merecida oreja.
La verdad de Emilio de Justo y su fino concepto del toreo, calaron hondo. Ante su buen primer toro, que se quedó corto de salida, fue desgranando el diestro una labor llena de temple, clase, gusto y poder. Faena de altos vuelos, con excelentes muletazos, llenos de estética y mando, bajando la mano y llevando a "Prestigioso" largo, con toques precisos y meciendo las embestidas con los vuelos. Dos orejas de las de verdad.
Ante el quinto, dibujó una media verónica eterna y volvió a cuajar un trasteo poderoso, abierto con sensacionales doblones y que prosiguió ya en redondo, con majestad, belleza y torería. Cada natural era mejor que el anterior, cada derechazo un sublime canto al toreo. El buen "Embajador" parecía nacido para Emilio y éste le dio cumplida réplica. Oreja de peso a pesar de pinchazo y media. El toro justamente fue premiado con la vuelta al ruedo.
Entrega total del diestro, De Manuel premiada con una oreja ganada a ley. Foto: Luis López
Valiente, entregado y muy dispuesto, Francisco de Manuel se las vio con un primer toro algo bronco al que hizo un espléndido quite por chicuelinas. Muleta en mano se puso por ambos lados, siendo molestado por el viento y tratando de acoplarse. Buenos pases en varias series sin ligazón pero sinceras.
Ante el toro que cerró plaza, complicado y que sembró el desconcierto en banderillas, De Manuel estuvo digno, consiguiendo muletazos de excelente trazo rematados con largos pases de pecho. Entrega total del diestro, premiada con una oreja ganada a ley.
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